¡Vaya par de semanas que hemos transitado en Latinoamérica!... Los últimos días se han destacado por un repentino aumento en intensidad en cuanto a eventos de carácter político se refiere. Hemos podido observar a una Venezuela intercambiando munición pesada con la OEA, la súbita supresión de la Asamblea Nacional de este mismo país en lo que parece ser un intento desesperado por aferrarse al poder del partido gobernante, las sorpresivas e inesperadas protestas en Paraguay que concluyeron en un incendio en el Congreso y la muerte de un líder político, y finalmente el último domingo fuimos testigos de la victoria electoral de la izquierda en Ecuador.

...Y mientras tanto... ¿Ha prestado atención al modo en que ha respondido la Naturaleza? El fenómeno del Niño esta arrasando con el litoral pacífico de Ecuador, Perú, Chile y ahora Colombia. También ha dejado su huella en lugares como Argentina y en todo el sur del continente.
peru überschwemmung
© imago/Xinhua
Ya desde el año pasado hemos estado reportando con regularidad inundaciones, avalanchas, derrumbes, desplazados, muertos y desaparecidos por toda la región, así que me gustaría brindarle un breve resumen de los titulares más recientes para que usted pueda hacerse al menos una vaga idea de lo que está ocurriendo aquí:

Argentina Perú Ecuador Chile Colombia Y hablando del Pacífico, California también fue el centro de atención: La tendencia parece ser clara; la tragedia vista en Argentina fue superada por la chilena, a su vez superada luego por la de Ecuador, superada posteriormente por la peruana, para finalmente quedar en el podio la tragedia colombiana. Más llamativo resulta ser que, como regla general, casi siempre los mas afectados resultan ser los habitantes de las zonas más pobres... y esto no sólo es aplicable a los eventos climáticos, sino que en el ámbito político parecen desenvolverse los hechos bajo la influencia de la misma ley: los más vulnerables sufren las peores consecuencias.

En nuestra ultima entrega de SOTT Radio Network en español discutimos lo que parece ser un ciclo perpetuo en el que se encuentra atrapada toda nuestra región. Éste parece oscilar eternamente entre dos intensas fuerzas de signo opuesto:
  • La primera alineada con una identidad propia y autóctona, con fuertes ansias de emancipación de las potencias imperiales siempre depredadoras, integralista en cuanto a considerar a la región entera con un origen y destino común,... en fin, una fuerza que encarna un espíritu auténticamente latinoamericano con un profundo anhelo de libertad y autodeterminación. Normalmente son las fuerzas ideológicas de izquierda quienes mejor encarnan este espíritu.
  • La segunda es una fuerza elitista impulsada mayormente por una minoría muy acaudalada, siempre alineada con intereses foráneos, desarraigada en cuanto a identidad regional propia, y definitivamente dispuesta a "sacrificar" el bienestar de la mayoría sólo para mantener su posición de privilegio. En contrapartida con la otra polaridad, suelen ser las ideologías de derecha las que mejor suelen interpretar este papel.
El constante vaivén entre estas dos fuerzas condena tristemente a la mayoría del pueblo latinoamericano a experimentar periódicamente zozobra, cercenando siempre sus posibilidades de autodeterminación y la capacidad de alimentar a sus familias.

En realidad parece ser evidente que cualquiera puede aferrarse de manera romántica y abstracta a una u otra modalidad de existencia con su estómago lleno, pero hay algo mas profundo que la simple conceptualización de cómo debería progresar una sociedad. Claramente lo que yace mas allá de nuestras ideologías es simple y llanamente nuestra supervivencia.

Es decir, ya sea con líderes de izquierda o derecha, si uno de los dos impide que podamos sobrevivir o amenaza la posibilidad de subsistencia, hasta el mas férreo de los militantes a la larga puede sentirse seducido por el partido opositor si ofrece un alivio al hambre.

Un claro ejemplo de este fenómeno puede observarse parados de frente a la escasez de recursos básicos que sobrevino después de años de gobierno de izquierda en Venezuela, y la creciente escasez de similares características que comienza a experimentarse en Argentina con la llegada de la derecha más recalcitrante. En ambos países podemos ver a una población con un creciente descontento hacia sus líderes cimentado en la ineptitud manifiesta a la hora de satisfacer sus necesidades básicas.

Si realmente le interesa profundizar sobre este tema los invito a ver nuestro último SRN en español...

Hasta aquí venimos delineando lo que parece ser la manifestación de un ciclo interminable entre dos fuerzas que, aunque nunca desaparecen, sí se mitigan una a la otra periódicamente. Pero llegó el momento donde usted se cuestionará seriamente sobre mi cordura. Las palabras que voy a citar a continuación seguramente le harán preguntarse "¿qué demonios tiene esto que ver con esta onda ascendente y descendente que golpea a Latinoamérica desde tiempos remotos?"... Bueno lea con atención las recientes palabras de Vladimir Putin y después seguimos:
"[...] En esa época no había factores antropológicos como las emisiones (de gases con efecto invernadero) y el calentamiento ya había empezado. [...] El asunto no es cómo frenarlo [...] porque es imposible, ya que podría estar vinculado a algunos ciclos globales en la Tierra. El desafío es cómo adaptarse..."
Tal como el fenómeno del Niño y los ciclos climáticos que atraviesa el planeta entero de manera regular, los ciclos políticos y sociales, aquí y en cualquier lugar del mundo, deberían servirnos para aprender una valiosa lección. Es posible en algunos casos que el intentar detenerlos (con protestas, voto democrático, o incendios) sea un camino de mayor sufrimiento que un enfoque en el cual observarlos y enfrentarse directamente nos permita de algún modo anticiparnos a ellos y a sus consecuencias..

¿Quién puede decirlo? Tal vez (sólo tal vez) hacernos conscientes de un hecho que parece erguirse ante nosotros como una ley inmutable de la naturaleza, se constituya en la única posibilidad de salirse de este bucle infinito invocando a una ley superior de esta misma naturaleza, una ley que determine que una vez comprendida una verdad profunda ya no es necesario volver a experimentarla.

No hay forma de saberlo con certeza, pero si comenzamos cada uno de nosotros a recorrer en forma individual este camino de aprendizaje y entendimiento, más tarde, quizá con la consecución de una masa critica de individuos, este conocimiento puede extenderse a la colectividad humana y sacarnos definitivamente de este profundo hoyo en el que nos encontramos...