Cuando Trump dijo que hubo violencia por ambas partes en Charlottesville, muchos se quedaron con la boca abierta. ¿Cómo pudo decir eso? Veamos los hechos comunmente reconocidos.
Antifa
De un lado están los blancos supremacistas, verdaderos fascistas, y miembros registrados del Ku Klux Klan. Del otro lado tenemos a los contra-manifestantes antifascistas que sólo quieren igualdad y compasión; un mundo sin racismo ni opresión. Un lado es tan obviamente malévolo y degenerado, y el otro es tan obviamente bueno y noble, que establecer equivalencias entre ambos bandos debe de ser no solamente inmoral, sino también una señal de que Trump debe de ser secretamente un blanco supremacista. Desafortunadamente, prácticamente todos estos "hechos" están equivocados, son incompletos o engañosos. Y la ceguera colectiva ante este hecho es seriamente peligrosa.
  • Hecho "alternativo" #1: No todos los que se manifestaban en Charlottesville eran blancos supremacistas. Parece que hubo algunas gentes decentes allí. Esto aplica a ambas partes. Estoy seguro de que también hubo algunas gentes decentes entre los contramanifestantes.
  • Hecho "alternativo" #2: Como los eventos subsecuentes en Berkeley han dejado claro, Antifa es mucho más que sólo un grupo de manifestantes antifascistas de buena voluntad. Son un grupo radical que adopta y comete violencia contra aquéllos que considera fascistas. Los medios masivos finalmente han notado esto (¡Nancy Pelosi también!).
  • Hecho "alternativo" #3: Ya sea que usted piense que Trump es realmente un racista o no, tuvo razón en condenar a los extremistas violentos en ambas partes. Díganme que estoy pasado de moda, pero creo que una buena regla general es que la violencia sólo está justificada si es en defensa propia. Pero Antifa parece haber adoptado la doctrina de la violencia de Bush.
Vi un vídeo de los manifestantes y contramanifestantes en Boston hace cosa de una semana. (No puedo encontrar el vídeo exacto en este momento, pero vale la pena ver estos dos.) Los contramanifestantes en favor de la libertad de expresión hicieron un comentario acerca de cómo los manifestantes de Antifa adoptaban las mismas tácticas que los fascistas. Una de las gentes de Antifa se burló, se rió y señaló cómo el tipo estaba estableciendo una "equivalencia moral" entre los fascistas y la gente luchando contra el fascismo y la opresión. ¿Cómo podía alguien hacer tal cosa de manera razonable? Bueno, dudo que esa persona lea este artículo, pero voy a tratar de explicar por qué es absolutamente esencial que hagamos exactamente eso.

Yo comparto algunos puntos de vista con Antifa. Vean mi biografía de autor: no me gustan los fascistas. (Aunque probablemente nunca me invitarían a una reunión de Antifa, porque tampoco me gustan los comunistas.) Pienso que la opresión es malévola. Lo mismo con el racismo. Creo que una de las mejores cosas que puede hacer una persona en su vida es estudiar la historia de la Alemania nazi para que tal pesadilla no vuelva a ocurrir.

Pero si grupos como Antifa realmente quieren entender la maldad para combatirla, tristemente están pecando de inocentes. Y están simplemente equivocados. Han caído en exactamente la misma trampa en la que han caído otros movimientos de protesta revolucionarios por generaciones: identificar erróneamente la verdadera naturaleza de la maldad política. Para ponerlo en términos simples: el fascismo no es la raíz del problema. Enfocarse en él nunca será efectivo, y nunca evitará que el tipo de maldad que ejemplificaron los nazis se vuelva a repetir. De hecho, un "régimen de Antifa" puede terminar pareciéndose mucho al de Hitler en todo lo esencial, si no es que lo hace en lo específico.

Un sistema de gobierno basado en la ideología de Antifa muy probablemente no sobreviviría por mucho tiempo porque "Antifa" está conformado por representantes de "grupos de identidad" dispares y, por lo tanto, no tiene un mandato evolutivo para permanecer cohesivo. Una vez tomado el poder, tal grupo caería inevitablemente en luchas internas y pogromos. Si sobreviviera a este proceso, su forma eventual no se parecería mucho a lo que fue en un inicio. Por otro lado, el nacionalismo blanco (la ideología que Antifa está volviendo a la vida) tiene una base evolutiva para la cohesión, pero le falta apoyo popular masivo en este momento. Así que tanto en teoría como en práctica, la política de identidad fracasa como una ideología viable sobre la cual basar estructuras sociales y gubernamentales. (Y no, no considero a Israel como un éxito en este departamento.)

Aquí hay algunas cosas que todos deberían entender:

Los negros no son colectivamente malos. Los blancos no son colectivamente malos. Los asiáticos no son colectivamente malos. Es posible que algunos países puedan tener un número mayor o menor de gente mala, pero en promedio, tal gente es siempre una fracción de la población global. Y con "mala" sólo quiero decir gente que toma parte en comportamientos que ocasionan un nivel de daño sobre otros que la mayoría de la gente hallaría inaceptable: ataques físicos, violaciones, abuso crónico, engaño maliciosos, fraudes y robos de diversos tipos, etc. Cada grupo tiene este tipo de gente. Juntar a la gente en grupos fácilmente identificables, normalmente con base a una categoría biológica que no tiene nada que ver con su carácter real, es raramente efectivo para entender, arreglar y prevenir los problemas de nuestro mundo, y no es una buena base sobre la cual estructurar la sociedad.

Lo mismo se aplica a la mayoría de las otras categorías que utilizamos habitualmente para darle sentido al mundo. Algunos ejemplos:
  • Estados nación: No todos los rusos son malos. No todos los norcoreanos son malos. No todos los iraníes son malos. Algunos estadounidenses son malos. Algunos británicos son malos. Algunos canadienses son malos. Sin embargo, algunos gobiernos son más malos que otros.
  • Religión: No todos los musulmanes son malos. Algunos cristianos y judíos son tan malos como los miembros del Estado Islámico. Sin embargo, algunos movimientos religiosos son más influyentes y más malos que otros.
  • Economía: No todos los comunistas son malos. Algunos capitalistas lo son. Se puede decir que algunos sistemas económicos son mejores que otros, pero hace falta algo más que una política económica para traer como resultado la maldad del nivel de los nazis o los soviéticos.
  • Política: No todos los fascistas son malos. No todos los demócratas o republicanos son grandes personas. Las democracias tampoco están libres de la maldad política.
  • Clases: No todos los ricos son malos. Algunos pobres son gente mala.
Es casi demasiado obvio. Estoy seguro que la mayoría de la gente puede pensar en ejemplos específicos en todas las categorías: predicadores estafadores de todas las religiones; políticos corruptos y deshonrados de todos los partidos. Pero eso no impide que la gente se confunda. Una congregación de la iglesia puede rehusarse vehementemente a aceptar que un pastor es un pedófilo. Un ejército nacional puede justificar la tortura y las ejecuciones sumarias al creer que tales atrocidades son de algún modo menos malas que cuando las hacen sus enemigos. La maldad dentro de nuestro grupo es desdeñable o justificada, pero la misma maldad en nuestro enemigo es colectiva e inaceptable.

Si los Guerreros de la Justicia Social [SJW por sus siglas en inglés] que le echan la culpa de todo a la gente blanca se detuvieran a pensar un momento, podrían darse cuenta de cuán idiota es su comprensión de la maldad política y social. Imagine un mundo sin gente blanca. ¿Solucionaría eso cualquiera de los problemas del mundo? Difícilmente. Aún habría muchos psicópatas. Aún habría estafadores, violadores, torturadores, asesinos y aspirantes a tiranos que felizmente matarían a millones de otros no-blancos y crearían regímenes "fascistas" y totalitarios. Pensar lo contrario es racista, entre otras cosas.

Ahora imagine un mundo sin fascistas. No hubo fascismo en la Unión Soviética y mire cómo terminó aquello. Con esto basta.

Hay un hecho simple por debajo de todos los ejemplos previos: cada grupo contiene una variedad de gente. Y los miembros de tales grupos no pueden ser "igualados" como si fueran todos idénticos. Siempre hay lobos entre las ovejas, y las ovejas también pueden volverse bastante violentas. El movimiento "anticomunista" de la segunda mitad del siglo XX estaba lleno de nazis y ex-nazis. Y el movimiento "antifascista" siempre ha estado lleno de comunistas radicales. Discúlpeme si elijo no tomar la elección entre la muerte por serpiente o por alacrán. La izquierda tiene a sus tiranos y autoritarios del mismo modo que la derecha.

Los grupos como Antifa temen un futuro trumpocalíptico donde los mexicanos, los musulmanes y los reporteros de la CNN sean enviados a campos de concentración, junto con cualquiera que los apoye. "Rechacen a toda esa gente que odiamos, o los encarcelaremos o asesinaremos." La derecha ideológica teme un futuro en el que los marxistas culturales impongan un régimen políticamente correcto donde cualquiera que cuestione su agenda sea enviado al gulag. "Acepten a todas esas personas que odian, o los encarcelaremos o asesinaremos." Cualquiera de estos escenarios de pesadilla podría convertirse en realidad. Pero tales regímenes tendrían mucho en común. Ambos imponen la conformidad totalitaria y se deshacen de sus enemigos con eficiencia burocrática. Una vez más: serpiente, alacrán.

Luego tenemos el problema de quién decide quién es un fascista. Todos podemos estar de acuerdo en que los fascistas son malos. ¿Podemos acordar quién es un fascista y quién no? Al parecer todos en la Unión Soviética estaban de acuerdo en que los fascistas y los "colaboradores del enemigo occidental" eran malos. Pero he aquí el problema: condenaron a una gran cantidad de gente completamente inocente a cadena perpetua en el gulag, o a un balazo en la cabeza, con base solamente en cargos falsificados, denuncias maliciosas, y la más mínima evidencia de oposición a aquellos en el poder y la ideología oficial. Si tal visión le es atractiva, por favor, únase a Antifa.

La Dra. Debra Soh publicó esto recientemente en Twitter. Es sólo una broma a medias:


[Este es el mundo en el que vivimos, mi último artículo para la @CBC. (Alrededor del cuadro en sentido de las manecillas del reloj) Autoritario, Derecha, Libertario, Izquierda. (En rojo) Extrema Derecha. (En verde) Amor y Esperanza.]

Más al caso:


El mapa político de Antifa

Los grupos siempre van a estar en desacuerdo unos con otros. Siempre ha sido así y siempre lo será. Así que siempre habrá conflictos entre todas esas categorías que mencioné arriba: nacionalidad, política, raza, religión, etc. Pero hay una cosa en la que la mayoría de estos grupos pueden estar de acuerdo y trabajar juntos: evitar los peores tipos de maldad política. La gran mayoría de conservadores no quiere un régimen hitleriano. La gran mayoría de liberales no quiere un régimen estalinista. Podrían obtener uno, por supuesto, pero sólo como resultado de su propia ignorancia y falta de habilidad en encontrar al lobo en el rebaño.

Y aquí está el punto clave que se les escapa a todos: el mismo tipo de gente es responsable por los mismos tipos de maldad política, ya sea fascista, comunista, islamista o lo que sea. Y está todo explicado en el libro La Ponerología Política de Lobaczewski. En breve, es así como se desenvuelve el escenario, una y otra vez, sin importar la ideología "del momento":
  • A algún ideólogo esquizoide se le ocurre un pedazo de sinsentido utópico; la solución a todos "nuestros" problemas.
  • Ese sinsentido entusiasma a mucha gente, porque habla de sus malestares y les promete un mejor futuro.
  • Esas gentes forman un movimiento para luchar y oponerse a quienes han sido designados como "responsables" del estado actual de las cosas y "retomar el poder".
  • Su enfoque sobre la "maldad externa" ciega al movimiento de la maldad interna.
  • La maldad interna adquiere cada vez más poder, porque crece en este tipo de situación y sabe cómo maniobrar dentro de ella.
  • Los "verdaderos fieles" excusan la violencia del movimiento porque todo es por una buena causa. Pero incluso algunos de los "verdaderos creyentes" tienen límites.
  • Los psicópatas en el grupo, ahora en posiciones clave, se deshacen de quienes comienzan a cuestionar la dirección en la que van las cosas.
  • Después de muchos recortes, el movimiento gana poder político. Nadie está a salvo de la "justicia" impartida por el liderazgo.
  • Pesadilla totalitaria.
Es hacia allá hacia donde se dirige Antifa. Si obtienen lo que quieren, puede ser que el resultado no sea "fascismo", pero no será mejor que el fascismo. Y si no tienen éxito, la reacción que provoquen en la derecha podría ser igualmente mala. A los verdaderos operadores políticos no les importa qué lado "gane", siempre y cuando puedan explotar el caos e integrarse al lado del que "gane".