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Miles de manifestantes se reunieron en El Cairo para pedir el juicio del ex presidente Hosni Mubarack, además de lanzaron fuertes críticas a la junta militar que gobierna el país.

Según la agencia oficial Mena, la muchedumbre era de unas 100.000 personas hacia la tarde, cifra más importante que en otras manifestaciones del mismo tipo en las últimas semanas. El poderoso movimiento de los Hermanos Musulmanes convocó a unirse a la manifestación, además de los organizadores habituales surgidos de grupos de jóvenes militantes pro demócratas.

Sin tomar en cuenta las consignas de sus superiores de que no se manifestaran en uniforme, siete tenientes tomaron la palabra en una tribuna para reclamar "el juicio de los corruptos" y garantizar a los manifestantes que "nuestras peticiones son la suyas".

Fueron aplaudidos por miles de manifestantes al grito de "Tantaui, eres parte de la banda" y "dictador, dictador, llegó la hora de Tantaui", en referencia al mariscal Husein Tantaui, jefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) a quien Mubarak entregó el poder al retirarse. El mariscal Tantaui, de 75 años de edad, veterano de las guerras con Israel, fue durante 20 años ministro de Defensa de Mubarak y conserva la cartera en el gobierno de transición actual, además de la dirección del CSFA.

Estas críticas ocurren mientras han aparecido varios videos en el sitio internet Youtube, en que personas que se presentan como ex oficiales acusan a la alta jerarquía militar de traicionar los ideales de la revuelta popular. El ejército sigue siendo muy popular en Egipto por la prudencia mostrada ante la muchedumbre opositora durante los acontecimientos que llevaron a la caída de Mubarak.

Pero su imagen fue afectada en las últimas semanas por acusaciones de violencia y tortura, y la incertidumbre persistente sobre las modalidades de retorno a un poder civil. El ejército disolvió el parlamento, gobierna por decretos y redujo el gobierno al manejo de los asuntos corrientes.

Se comprometió sin embargo a entregar el poder a los civiles a fines de año tras las elecciones legislativas y presidenciales. Otros manifestantes subrayaron la necesidad de que no se diluya el movimiento popular que llevó a la caída de Mubarak luego de 30 años de poder no compartido.

"La gente vino para conservar el impulso. El proceso de transición es hasta ahora imprevisible, y ese tipo de manifestación hizo posible varias veces lograr avances", afirmó Hosam Baghat, responsable de una organización de defensa de los derechos humanos. Mubarak fue asignado en residencia en la estación balnearia egipcia de Sharm el Sheij, en el mar Rojo. El ex presidente, su esposa Suzanne y sus dos hijos, Alaa y Gamal, tienen sus haberes congelados y su fortuna es investigada, aunque todavía no han sido enviados ante la justicia.

Numerosos responsables políticos y empresarios del clan Mubarak enfrentan desde la caída del ex presidente diversas acciones, desde la presentación ante la justicia hasta la prohibición de salir del territorio.

Los manifestantes reclaman medidas cada vez más duras contra muchos que por ahora no han sido molestados, o sólo son objeto de simples investigaciones.

Un día antes de esta manifestación, varios videos aparecieron en el sitio internet Youtube, donde personas que se presentan como oficiales acusan al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, al que Mubarak entregó el poder, de traicionar los ideales de la revuelta popular.