Registra un aumento de temblores y aumento de emisiones de dióxido de carbono por inyección de fluidos magmáticos. Desde este martes, se incrementan las estaciones de vigilancia volcánica en la isla.
Isla de La Palma
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La red de vigilancia volcánica de seguimiento 24 horas del Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha registrado en la isla de La Palma desde el pasado sábado un total de 33 sismos con magnitudes que han oscilado entre 1.5 y 2.7 en la escala de Richter, si bien ninguno ha sido sentido por la población, ni se han recibido llamadas para informar de incidencias.

El mayor de los sismos, registrado a las 13.03 horas del sábado, tuvo una magnitud de 2.7 y se produjo en la zona del Parque Natural de Cumbre Vieja. Este evento fue localizado a 28 kilómetros de profundidad. El segundo mayor temblor, de 2.6, se produjo a las 01.23 horas del domingo en la misma zona, y el tercero tuvo lugar la pasada medianoche, alcanzando una magnitud de 2.1.

La directora del IGN en Canarias, María José Blanco, explica que desde este martes comienzan los trabajos para incrementar el número de estaciones sísmicas de la red de vigilancia volcánica y también se intensifican las medidas geoquímicas que el centro hace de forma periódica en la isla de La Palma. Asimismo, se desplazará un equipo científico compuesto por cinco personas para hacer un seguimiento de los temblores en el lugar.

Blanco ha indicado que no es anómalo, pero tampoco habitual. De hecho, comentó que desde que tienen estaciones sísmicas en la isla «nunca se había registrado un enjambre similar», y aunque es de muy baja energía y a mucha profundidad, es diferente a la actividad sísmica que habían registrado hasta ahora, añadió.

El Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) ha indicado que es «absolutamente normal» que volcanes activos registren enjambres sísmicos como el que este fin de semana se ha registrado en el volcán Cumbre Vieja.

Para la entidad canaria especializada, este tipo de procesos no ocurre todos los años en Cumbre Vieja y hay que prestarle el seguimiento necesario y suficiente para evaluar su evolución, máxime cuando Cumbre Vieja se ha caracterizado por un sistema volcánico activo con una especie de calma sísmica significativa durante los últimos años.

Vigilancia

La experiencia del Involcan sobre el estudio de las emanaciones difusas de dióxido de carbono en sistemas volcánicos activos, así como la de otros expertos en este campo, dice que cambios significativos en la emisión difusa de dióxido de carbono pueden detectarse o registrarse con meses e incluso años antes de que volcanes activos puedan experimentar un proceso de reactivación volcánica.

En el caso de Cumbre Vieja, el grupo de investigación del Involcan lleva monitorizando este parámetro para la vigilancia volcánica desde hace veinte años, y durante las campañas científicas de 2011 y 2013 detectaron cambios significativos en la emisión difusa de dióxido de carbono en Cumbre Vieja, alcanzándose registros que llegaron a superar las 1.500 toneladas diarias.

Según el Instituto, se trata de valores superiores al valor promedio de fondo para Cumbre Vieja que es del orden de los 374 toneladas diarias, así como superiores al rango de los valores de fondo para Cumbre Vieja estimado entre las 132 y las 1.254 toneladas diarias.

Añade que estos cambios significativos de la emisión difusa de dióxido de carbono en Cumbre Vieja, como consecuencia de procesos de inyección de fluidos magmáticos, queda además muy refrendado por los cambios registrados en la emisión de helio-3 en La Palma que confirman esta observación.

Por lo tanto, el Involcan aclara que el reciente enjambre sísmico que se ha registrado en La Palma es un proceso que podría considerarse como esperable en Cumbre Vieja, dado que se trata de un edificio volcánico activo que además ha experimentado con anterioridad cambios significativos en la emisión difusa de dióxido de carbono.