Desde el punto de vista sanitario el autocuidado es el cuidado personal. Podría decirse que se trata de cualquier acción encaminada a preservar y regular el funcionamiento del ser humano, y por tanto, la salud, y cuya iniciativa parte del propio individuo.
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Inmaculada Vicente María, homeópata
El autocuidado debe entenderse como una filosofía que contempla el cuidado y cultivo del propio ser humano en un sentido amplio e integral del cuerpo y la mente con un conocimiento profundo de esta entidad que nos permita ser los dueños de nuestro destino dentro de todas las posibilidades de las que disponemos.

Para que el autocuidado se lleve a cabo de una forma adecuada, no solamente precisamos de la actitud y aptitud para realizar por parte de cada individuo de forma voluntaria y sistemática acciones encaminadas al mantenimiento de la salud, sino que se hace imprescindible una educación sanitaria básica que aporte los conocimientos necesarios y en la que están implicados todos los profesionales sanitarios.

El Farmacéutico y la farmacia dada su situación privilegiada de accesibilidad y disponibilidad adquieren una mayor responsabilidad.

El autocuidado se promociona en una sociedad moderna que se encamina hacia un cambio de paradigma en la forma de afrontar la forma de vida y la enfermedad, y son muchos los factores que justifican y avalan esta tendencia por los beneficios que de ella podemos obtener.

En primer lugar el autocuidado es considerado como una solución al aumento global de los costos de la atención sanitaria, dado que nos encontramos con la cronificación de muchas enfermedades, antes incurables, como muchos tipos de cánceres, y una población muy envejecida, que en muchos casos, están pagando las facturas de una vida de abusos contra la salud. Los gobiernos instan a las autoridades sanitarias a promocionar la educación necesaria para que cada persona sea responsable de su propia salud.

Es posible hoy día tener esperanzas de que el diagnóstico de un cáncer, ya no sea una sentencia de muerte, sino que pueda convertirse en una enfermedad crónica comparable a otras muchas y que además los pacientes puedan gozar de una buena calidad de vida.

En segundo lugar, dos factores influyen de forma decisiva en la salud humana: genética y epigenética. La genética solamente explica entre un 10-20% del riesgo de desarrollar una enfermedad. No somos esclavos de nuestra genética. Somos capaces de cambiar la expresión de más del 70% de los genes que tienen relación directa con nuestra salud y longevidad.


La epigenética son los fenómenos que no afectan a la secuencia del ADN, pero si varían su expresión. La epigenética siempre ha ganado a la genética. Los buenos hábitos pueden derrotar a los malos genes, podría decirse que nuestra salud está ligada a nuestro estilo de vida y si mantenemos a nuestro organismo en buenas o malas condiciones de alimentación, ejercicio, sueño, toxicidad.


La epigenética estudia y se refiere al conjunto de elementos funcionales que regulan la expresión génica de una célula sin alterar la secuencia de ADN. Mediante mecanismos epigenéticos, que no modifican la secuencia de nucleótidos del ADN, las células tienen la capacidad de marcar qué genes deben ser expresados, en qué grado y en qué momento.

A diferencia de la información registrada en la secuencia de ADN del genoma, los cambios epigenéticos no son estáticos y pueden modificarse a lo largo de la vida de la célula. Así, una de las principales características de las modificaciones epigenéticas es su reversibilidad.

En tercer lugar, curiosamente sucede, que cuando los países se desarrollan lo suficiente, existen patologías a las que sólo podemos aspirar a cronificar mediante tratamientos continuados que no curan la dolencia, pero la mantienen más o menos controlada a costa a veces de un alto precio para su bolsillo o el del contribuyente, y del riesgo de los efectos secundarios, directamente proporcionales al número de medicamentos que tome para cada patología y la duración de las mismas.
Por este motivo existe "una insatisfacción usuaria y que hay algo que hacer" y esto nos conduce directamente a destacar el aporte de otras terapias que promueven un estilo de vida y una filosofía del autocuidado, prevención y estímulo al autoconocimiento".
Cada año más personas en países desarrollados se acercan a las medicinas alternativas o complementarias con la intención de conseguir un tratamiento que elimine sus dolencias definitivamente o de una forma más inocua, y en muchas ocasiones con muy buenos resultados.

La OMS se suma también a este llamamiento e incluso avanza más allá, recomienda a los estados miembros que promuevan la investigación y estudio sobre la efectividad y seguridad de todo tipo de medicinas complementarias para construir así, una base de conocimiento entre todos que vaya poniendo a cada terapia en su sitio, avanzando hacia una medicina integradora de terapias que tenga una visión más holística de la salud y la enfermedad, y aproveche los conocimientos ancestrales acumulados que puedan contribuir al mantenimiento de la salud y al aporte de una calidad de vida a todos los enfermos, e integrarlas en los servicios nacionales para ofrecer una medicina más segura, efectiva y al alcance de todos.

Existe una tendencia a criticar a las medicinas tradicionales, complementarias o alternativas desde los profesionales que practican la medicina alopática establecida, y viceversa, acusaciones y críticas desde los profesionales alternativos y tradicionales hacia la prácticas de medicina convencional, lo cual lleva a un enfrentamiento y al descrédito mutuo que no beneficia a nadie. Cada terapia tiene su sitio y en diferentes momentos podemos necesitar y complementar diferentes tratamientos.
Así mismo, la OMS renovó en el año 2014 su "Estrategia sobre medicina tradicional para los próximos 10 años 2014-2023" apostando por una medicina integrativa de calidad.

Y es que el autocuidado responsable no sólo beneficia al paciente, que mejora su estado de salud general, sino que también tiene un efecto positivo en el ámbito socio-sanitario.

No podemos olvidarnos que la libre elección por parte del paciente a decidir sobre su tratamiento, es un derecho, y los españoles cada vez se preocupan más y son más proactivos en el cuidado de su salud. De hecho, el 83% declara practicar un autocuidado responsable, y el 40% sostiene que emplea medidas de prevención incluso antes de tener síntomas de una dolencia.

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"La homeopatía, una aliada en el autocuidado responsable de la salud"

Afecciones tan comunes como gripe, tos, dolor de garganta, estrés o trastornos del sueño ocasionales, entre otras, podrían abordarse, en primera instancia, desde la oficina de farmacia a través de medicamentos de autocuidado, como los homeopáticos, y bajo el consejo y la supervisión del farmacéutico. De esta manera, se reduciría el número de consultas médicas por enfermedades leves, que supone actualmente una de las cargas más importantes para nuestro sistema de salud.


En este contexto, los medicamentos homeopáticos son cada vez más empleados para el autocuidado al ser eficaces para un amplio abanico de patologías tanto agudas (gripe, tos, diarrea, crisis de migraña, contusiones etc.) como crónicas (alergia, dermatitis, asma, afecciones reumáticas, ansiedad etc.), en infecciones de repetición (garganta, oídos, ginecológicas, urinarias....). Además, la homeopatía también contribuye a reducir la duración, la intensidad y las recaídas de las enfermedades.

Asimismo, la homeopatía cubre algunas lagunas terapéuticas que todavía no pueden ser tratadas óptimamente con otros fármacos convencionales como los dolores de la dentición, las aftas bucales y los cólicos del lactante, demostrando también su eficacia en ciertas afecciones donde el tratamiento convencional puede ser doloroso como sucede con los moluscos contagiosos, una enfermedad cutánea muy frecuente en niños, que habitualmente abordan los dermatólogos mediante curetajes.

Adicionalmente, estos medicamentos se suelen recomendar para todo tipo de pacientes, ya que, por lo general, no se han descrito efectos adversos relevantes asociados a su toma, incluso cuando son administrados a embarazadas, niños o pacientes crónicos. Por eso, pueden ser de utilidad en pacientes polimedicados, puesto que son compatibles con otros fármacos y no provocan interacciones.

La homeopatía es cada vez más utilizada en el autocuidado de la salud y prueba de los buenos resultados que se obtienen de ella es que hasta más del 80 por ciento de los usuarios que han recurrido a algún medicamento homeopático están satisfechos o muy satisfechos con los resultados obtenidos.

" los beneficios del autocuidado se experimentan las 24 horas del día, los 7 días de la semana".
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