Un nuevo estudio reveló que algunas "superbacterias" comunes, en particular la que causa la neumonía, podrían ya ser resistentes a los antibióticos de último recurso. El preocupante hallazgo sugiere que esos peligrosos microrganismos serían capaces de evadir las pocas opciones de tratamiento restantes.

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Las poblaciones bacterianas normalmente se consideran o totalmente inmunes a un antibiótico, o totalmente tratables. Sin embargo, un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Emory, identificó un patrón diferente.

Los investigadores descubrieron que ciertos tipos de bacterias resistentes a los medicamentos pueden tener una resistencia 'parcial', es decir, una cantidad minúscula de los microorganismos sobrevive mientras el resto de la colonia perece al contactar con el antibiótico.

Esta "heterorresistencia" no es fácilmente detectable en las pruebas de laboratorio comunes, una vez que la mayoría absoluta de las células sí son susceptibles al medicamento.

Los científicos estudiaron algunas muestras de la bacteria Klebsiella pneumoniae recolectadas de dos pacientes de hospitales en el área de Atlanta, en el estado de Georgia (EEUU).

Klebsiella pneumoniae es un organismo relativamente común que causa neumonía, infecciones en el torrente sanguíneo y otras infecciones en personas con sistemas inmunes debilitados, quienes generalmente están hospitalizados debido a otras condiciones.

La investigación reveló que no solo uno de los medicamentos de 'último recurso', sino dos a la vez no lograron en eliminar las colonias por completo. Se trata de los carbapenemas y la colistina, ampliamente usados cómo la última arma contra las bacterias resistentes. Al mismo tiempo, las pruebas de laboratorio comunes -en las que los médicos confían para decidir el tratamiento- demostraron inicialmente que sí deberían funcionar.

La colistina es un antiguo antibiótico administrado a los pacientes como último recurso, cuando las bacterias que los infectan son resistentes a todos los otros antibióticos. A menudo es el único antibiótico que funciona contra las bacterias altamente resistentes.

A pesar de que solo una parte minúscula de las colonias demostró la capacidad de sobrevivir a la colistina, en caso de tratar de curar a un paciente con este medicamento de último recurso, los médicos sufrirían una derrota. Si no hay más drogas para tratar, pues no será posible salvar la vida del paciente.

Y no hay método para determinar definitivamente si el organismo enfermo es portador de los microbios con esta 'resistencia secreta' o no, concluyen los investigadores.