Londres convocó de urgencia una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU por el envenenamiento del exespía Serguéi Skripal.
Una reunión del Consejo de Seguridad, el 17 de noviembre de 2017
© Brendan McDermid / ReutersUna reunión del Consejo de Seguridad, el 17 de noviembre de 2017
Occidente ha dado inicio a "una gran operación con el objetivo de expulsar a Rusia del Consejo de Seguridad de la ONU" por ser "un jugador incómodo". Así se explican las recientes acusaciones en contra del país, indicó a RIA Novosti el primer jefe adjunto del comité económico del Consejo de la Federación (cámara alta del Parlamento) de Rusia, Serguéi Kaláshnikov.
"Rusia es ahora un jugador muy incómodo para los países occidentales. Todas las acusaciones contra nuestro país están relacionadas con este hecho", dijo el político.
El contexto para esta estimación ha sido dado por una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU, convocada por el Reino Unido para responsabilizar a Rusia por el envenenamiento del exagente doble de inteligencia Serguéi Skripal y su hija.

Discurso 'venenoso'

La embajadora de EE.UU. ante la ONU, Nikki Haley, se solidarizó en esa reunión con las autoridades británicas y sus acusaciones -carentes de toda prueba hasta el momento- sobre el uso de un agente venenoso. Según su estimación, "la credibilidad de este Consejo no sobrevivirá si no logramos hacer que Rusia rinda cuentas".

En el mismo discurso se recordó también de Siria. Dijo que el veto de Moscú en el Consejo de Seguridad "encubrió en cinco ocasiones" al presidente sirio Bashar al Assad, quien "continúa matando a su propio pueblo con armas químicas".

La primera ministra británica, Theresa May, llamó este miércoles a adoptar medidas internacionales contra Rusia en relación con el caso Skripal. También anunció la expulsión de 23 diplomáticos rusos del Reino Unido y el cese de todos los contactos bilaterales de alto nivel con Moscú.

"Víctima perfecta"

A su vez, el representante ruso ante las Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, acusó al Gobierno británico de haber iniciado una campaña deliberada para demonizar a Rusia en vísperas de las elecciones presidenciales y el Mundial de Fútbol. Serguéi Skripal, envenenado en Londres, es una "víctima perfecta" para alcanzar ese objetivo.

"Hay una guerra de propaganda antirrusa, con el objetivo de influir en la sociedad", dijo el diplomático, agregando que "no se han presentado pruebas, solo acusaciones". Skripal "no representaba ninguna amenaza" para Moscú, sostuvo.