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La decisión de arrojar el cuerpo de Osama Bin Laden al mar ha generado opiniones de todo tipo a nivel mundial. Hay quienes dudan de la veracidad de la muerte del líder terrorista, quienes aprueban el procedimiento empleado para disponer sus restos y otros tantos que consideran que debieron tener otra suerte.

Entre la controversia está el concepto de autoridades musulmanas que consideraron no conforme al Islam llevar los despojos mortales de Bin Laden al mar, contradiciendo a Estados Unidos, que asegura que el rito fue respetado y que una tumba podría convertirse en lugar de peregrinación.

Responsables estadounidenses indicaron ayer que el cuerpo fue sumergido en las aguas desde un portaviones tras una ceremonia realizada de acuerdo con la tradición musulmana. Sus precisiones se enfrentaron a una dura aclaración de un alto responsable de la más alta autoridad del Islam sunita, la institución Al-Azhar de El Cairo, que subrayó que "el Islam no acepta la inmersión en el mar, solo el entierro".

Esta regla se impone "trátese de una persona asesinada o fallecida de muerte natural", declaró a la Afp Mahmud Azab, consejero del gran imán Ahmad Al Tayeb para el diálogo interreligioso.

La elección del mar se limita a casos de fuerza mayor, como para las personas muertas a bordo de un barco, cuyo cuerpo presente riesgos de descomposición si no se desembarca rápidamente, subrayó. Familiares de víctimas de los atentados de Bin Laden exigieron ver sus restos para tener certeza de su muerte.

El operativo

La operación a cargo del comando se llevó a cabo con una gran precisión y una espectacularidad digna de un guión de Hollywood.

El pistoletazo de salida se recibió el viernes por la mañana, cuando el presidente Obama, firmó antes de emprender un viaje a Alabama la autorización para que un pequeño grupo de soldados de la Fuerza de Operaciones Especiales de la Marina intentara capturar a Bin Laden, vivo o muerto.

Seis meses antes, la CIA localizó al emisario de confianza de Bin Laden, de quien hasta entonces se desconocía hasta el nombre y del que se sospechaba que se ocultaba junto a su jefe. Residía en un complejo valorado en un millón de dólares en Abbottabad, claramente construido para albergar a un objetivo más valioso que un simple correo. El edificio no contaba con conexión telefónica ni internet.

Los nervios quedaron a flor de piel cuando uno de los dos helicópteros enviados a cubrir la misión sufrió un problema técnico. Pudo aterrizar en el complejo, pero ya no pudo moverse. Empero, el comando entró en la residencia sin tener idea exacta de lo que iba a encontrar y tras acabar con Bin Laden salió con el cuerpo en la otra aeronave.

Barack Obama encabezó unas cinco reuniones con su consejo de seguridad para analizar los datos antes de tomar la decisión final.

Una mujer como escudo

Osama bin Laden se sirvió de una mujer, aparentemente su esposa, como escudo humano este domingo, durante la incursión estadounidense que terminó con su muerte en Pakistán, indicó ayer el principal asesor del presidente Barack Obama en temas de antiterrorismo, John Brennan. Esa mujer, que murió junto al jefe de la red Al Qaeda durante el operativo de un comando norteamericano contra la mansión donde se escondía Bin Laden en Abbottabad, "sirvió de escudo" humano, explicó Brennan durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca.