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Tamaulipas es donde más fosas clandestinas se han localizado.

La guerra contra y entre carteles de narcotráfico muestra una faceta más: las fosas clandestinas donde se han sepultado cientos de personas asesinadas.

El caso más reciente ocurrió en Durango, al norte del país, donde las autoridades han localizado 180 cuerpos hasta el momento, un número similar al de San Fernando, Tamaulipas, donde aparecieron 183 cadáveres.

No serán las últimas fosas que se encuentren, advierten analistas, pues en algunas zonas del país la guerra contra las drogas es intensa, y la cantidad de personas desaparecidas se desconoce.

"¿Cuántos muertos habrá en realidad y cuántos de éstos se encuentran en narcofosas?", le dice a BBC Mundo Martín Barrón, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales.

Además de Durango y Tamaulipas, en los últimos meses se han localizado inhumaciones clandestinas en Guerrero, Michoacán, Sinaloa, Nuevo León y Chihuahua.

Rebasados

En Durango los cuerpos se encontraron en cinco colonias de la ciudad capital, pero no se descarta que existan más en las zonas montañosas, reconoció el subsecretario de Seguridad del estado, Rafael Rosales.

Se trata de 168 hombres y 12 mujeres. Algunos fueron sepultados hace cuatro años, pero otros tenían unos meses bajo tierra.

A diferencia de Tamaulipas, donde las autoridades responsabilizaron al cartel de Los Zetas de las fosas clandestinas, en Durango no se ha identificado a los responsables de los homicidios múltiples.

En ese estado se libra una intensa batalla entre los carteles de Sinaloa y Los Zetas, que pretenden controlar las rutas de narcotráfico según datos de la Secretaría de Seguridad Pública federal.

En todo caso, las condiciones son distintas, asegura el secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional, Alejandro Poiré.

"Las hipótesis de investigación, en principio, son muy diversas a las que vimos recientemente en el caso de San Fernando", dijo en reunión con medios locales.

La mayoría de los cuerpos no ha sido identificada, pues las autoridades no han conseguido obtener todos los datos de ADN, huellas y registros dentales.

"No es fácil, la estructura que se tiene para esta materia fue rebasada, es un número excesivo", dijo el subsecretario Rosales a Milenio Televisión. "Nos estamos apoyando en otras procuradurías" para identificarlos.

Desaparecidos

Cuando en 2008 aparecieron 36 cuerpos en una fosa clandestina en Ciudad Juárez, Chihuahua, muchos pensaron que era un caso excepcional, recuerda Barrón.

Pero al paso de los años se repitieron los hallazgos. Por ejemplo en Taxco, Guerrero, donde en junio de 2010 fueron localizados 55 cuerpos arrojados al tiro de una mina; y meses después aparecieron 18 cadáveres en Acapulco.

Otros 69 aparecieron en cinco fosas en Nuevo León, 41 más en Michoacán, 39 en Coahuila, 35 en Morelos, 12 en Sinaloa.

Son los casos que se conocen, porque puede haber muchos cuerpos sepultados en zonas despobladas y montañas, deshechos en ácido o abandonados en morgues locales, subraya el académico del Inacipe.

"Hay que revisar el número de personas reportadas como desaparecidas en las procuradurías locales", dice Barrón. "Muchos casos no se denuncian por miedo".

Según el investigador, las autoridades deben crear una base con la información genética de los cuerpos localizados en las fosas clandestinas, y sumarle datos de los que se encuentran abandonados en las morgues.

Recientemente la Comisión Nacional de Derechos Humanos dijo que existen 8.898 cadáveres sin identificar en todo el país.