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La paralizada central nuclear de Fukushima en Japón tiene una fuga de agua desde el centro del reactor que está más cerca de la estabilización, indicó su operador el jueves, lo que amenaza con retrasar su plan de resolver la peor crisis nuclear desde Chernóbil.

El hallazgo de la fuga, a través de un agujero en el contenedor que aloja el núcleo del reactor, brinda nuevos datos sobre la secuencia de eventos que desataron una fusión parcial del combustible de uranio en el reactor 1 de Fukushima tras el masivo sismo y tsunami del 11 de marzo, dijeron funcionarios.

La lucha por controlar la planta fue dificultada por la sucesión de filtraciones de agua radioactiva, que amenazaron tanto al Océano Pacífico como al agua subterránea cercana.

Los trabajadores de la planta de Fukushima Daiichi están bombeando agua a los cuatro reactores para llevar sus barras de combustible nuclear a un estado de "cierre frío" para enero.

Pero después de reparar un medidor en el reactor número 1 a principios de esta semana, Tokyo Electric Power descubrió que el nivel de agua en la vasija de presión que contiene sus barras de combustible de uranio había caído unos 5 metros por debajo del nivel previsto para cubrir el combustible en condiciones normales de funcionamiento.

"Debe haber una gran fuga", dijo Junichi Matsumoto, director general de la instalación también conocida como TEPCO, el jueves en una rueda de prensa.

"El combustible comprimido probablemente se derritió y se cayó, y en el proceso puede haber dañado (...) la propia vasija de presión y creado un agujero", añadió.

Dado que la temperatura de la superficie del contenedor de presión se ha mantenido estable entre 100 y 120 grados Celsius, Matsumoto dijo que los esfuerzos para enfriar el uranio fundido mediante el bombeo de agua seguían adelante. En base a la cantidad de agua que queda alrededor del combustible parcialmente derretido y colapsado, Matsumoto estimó que la vasija de presión había desarrollado un agujero de varios centímetros de diámetro.

Agregó que la instalación estudiaría si aumentar la cantidad de agua que está inyectando para superar la pérdida e incrementar el nivel de agua que cubre el combustible, con el riesgo de permitir que se escape más agua radiactiva de la planta.

Casi 10.400 toneladas de agua han sido bombeadas dentro del reactor hasta el momento, pero no está claro hacia dónde ha ido la filtración de agua. La alta radiación hace difícil que los trabajadores puedan comprobarlo, dijo Matsumoto.

TEPCO anunció un cronograma el mes pasado para afrontar la crisis, diciendo que el objetivo era primero enfriar los reactores y estabilizar su nivel y reducir la fuga de radiación en los primeros tres meses, para luego llevar a los reactores a un cierre frío en otro periodo de entre tres y seis meses. TEPCO revisará su plan para la estabilización de Fukushima el 17 de mayo y las autoridades indicaron que los objetivos de progreso iniciales podrían retrasarse.

Las autoridades habían previsto usar en los reactores 2 y 3 las mismas medidas de estabilización que están en marcha en el número 1, al que los trabajadores entraron la semana pasada por primera vez desde el terremoto.

Sin embargo, Matsumoto dijo que era probable que las vasijas de presión en los otros dos reactores pudieran tener fugas también si las barras de combustible habían quedado destruidas y fundidas tras el sismo y el tsunami. "Es necesario hacer una nueva evaluación de la condición del reactor nuclear", indicó el jefe de gabinete Yukio Edano en una rueda de prensa.

El miércoles, TEPCO selló una nueva fuga de agua contaminada que se encontraba cerca del reactor 3 que puede haberse filtrado al Océano Pacífico desde la central costera. Una fuga anterior al mar provocó preocupación internacional por el impacto del desastre en el medio ambiente.

Rastros de cesio radioactivo fueron detectados en centros de tratamiento de residuos en las prefecturas de Ibaraki y Kanagawa, ambas al sur de Fukushima, reportaron el jueves los medios japoneses.