Traducido por el equipo de Sott.net en español
gab social media
"Está bien expresarse con libertad".
"¿¡Quién está al mando en Pueblo Trueque?!"
- Mad Max: Más Allá del Domo del Trueno
La Primera Enmienda protege su derecho a decir lo que quiera sin ser procesado por el gobierno, pero no lo protege para decir cosas odiosas en propiedades privadas o en foros privados sin temor a las repercusiones.

Esa es la definición misma de la libertad de asociación.

No había pasado ni una hora del ataque del viernes por parte de un vil pedazo de excremento humano en una sinagoga de Pittsburgh, cuando la agenda del mundo real llegó a los más importantes encabezados de las noticias.
  • La alternativa a Twitter, Gab fue inmediatamente abandonado por PayPal sin razones específicas.
  • Inmediatamente después, el más reciente servicio de hosting de Gab dio unilateralmente a la empresa un aviso de rescisión de su contrato con 48 horas de antelación.
  • Esta es la segunda vez que Gab ha tenido que cambiar de proveedor este año. Se les ha negado una aplicación en la tienda iOS. Google no permitirá que su aplicación Android esté en la Play Store.
¿Por qué Gab se ha convertido en blanco de todos?

Porque Gab es una verdadera alternativa a Twitter que existe fuera del control de la oligarquía financiera y política.

Con la reciente aprobación de la "Ley de Enlaces" de la Unión Europea, que está diseñada para acabar con las voces de la oposición, la oligarquía formada por la fusión entre el mundo corporativo y político se está movilizando para asegurarse de que todo discurso sea criminalizado.

Pero para hacer eso primero tienen que encajar de algún modo dentro de esa molesta Primera Enmienda en los Estados Unidos.

Y eso significa subcontratar la censura a las empresas que poseen los puntos de acceso a Internet: las plataformas de aplicaciones, los gigantes de los medios sociales, las empresas de hosting y los procesadores de pagos.

Si uno no puede construir y mantener un negocio, entonces tampoco puede oponerse a sus reglas.

Con disculpas a Trey Parker y Matt Stone, "La libertad de expresión no es gratis... cuesta un dólar o cinco."

Esta es la clásica "barrera de entrada" en la que se involucra el gobierno para proteger la participación de mercado de las empresas favorecidas por encima de su competencia.

Y a pesar de las barricadas frente a Gab, ha seguido creciendo.

La plataforma ha mejorado. Lo sé. He sido miembro desde 2016, cuando era sólo un refugio para la gente más vil. Esa cultura temprana me alejó junto con sus limitaciones, pero de nuevo, soy bastante malo en todo este asunto de los medios sociales.

Pero, hoy en día, eso no es así. Gab simplemente no lo censura. Si usted quiere ser un imbécil en público, es asunto suyo.

Eso no parece detener a Elizabeth Warren, después de todo.

Qué contenido consume y produce usted es su responsabilidad y el CEO Andrew Torba le ha dado esas herramientas para que hable libremente y que seas ignorado libremente.

De hecho, las herramientas de censura son más fuertes que en Twitter.

Gab es más estricto que Twitter en la aplicación de su política de eliminar un discurso que sea una clara incitación a la violencia.

Y esa es la ironía de esto. El tirador de la sinagoga era un miembro de Gab. También tenía una cuenta en Facebook, Twitter e Instagram. Le hicieron esto a Gab porque podían y porque se les dijo que lo hicieran.

La declaración de Gab sobre el tiroteo fue hecha pública para que el mundo la vea. Y ayudaron a la policía a identificar a la persona responsable.

Y sin embargo, Gab volverá a estar fuera del aire, esta vez durante semanas, mientras migra a una nueva plataforma, porque su existencia es una amenaza para los poderosos que temen con razón perder su brillante nueva plataforma de control.

No debería importar si nos gusta la plataforma de Gab o no. ¿Hay gente horrible en Gab? Sí.

¿Hay gente horrible publicando cosas horribles en Twitter? Ah, puede apostarlo.

Los proveedores de servicios deben dar la bienvenida a las empresas que pagan sus facturas. El hospedaje de una plataforma no constituye una aprobación del contenido de la misma. Se diseñó un aviso de cierre de 48 horas para destruir el negocio de Gab.

Las empresas que rescinden estos contratos lo están haciendo debido a la presión de los que quieren que Gab cierre, caso cerrado. Y se esconden detrás de sus vagas Condiciones de Servicio para actuar unilateralmente.

Porque ninguna de estas compañías cree en la libertad de expresión.

El hecho de que la mano de la gente de Davos esté detrás de este movimiento para cerrar las plataformas de voces alternativas es escalofriante.

Es despreciable que estén dispuestos a privar a un hombre pacífico, en este caso el director general de Gab, de su derecho a asociarse con todos los que estén dispuestos a apoyarlo.

La libertad de expresión es barata, defenderla es lo que cuesta dinero. También es desordenado y caótico. Significa construir nuevos sistemas que eviten que esto vuelva a suceder.

Las únicas personas que quieren que se restrinja la libertad de expresión son las que están asustadas de lo que la gente diga de ellas. Todos los demás, si son hombres viles y felices como el tirador, serán reconocidos como lo que son por todo el mundo.

Nos ayudan a definir los límites de nuestras asociaciones.

Aquellos que gastan su dinero apoyando plataformas como Gab, medios de comunicación como InfoWars, o incluso gente como yo, son los medios con los que rompemos su control.

Gente como Dave Rubin, Joe Rogan e incluso Sargon de Akkad tienen más audiencia ahora que CNN. Su brecha de credibilidad con el público es enorme.

Y nunca será cruzada.

Movimientos como este son producto de la desesperación. Siguen pensando que las viejas reglas son las mismas: que estos agentes de poder siguen controlando la transmisión de información.

Gab encontrará un nuevo hogar. A las pocas horas de ser echados de su plataforma, otro servicio les ofreció un hogar, aparentemente buscando construir un negocio que albergara a los no deseados, a los difamados y a los perseguidos.

Los pondré en mi carpeta de favoritos para futuras referencias.

Los gobiernos son como los generales, siempre luchando la última guerra. Los humanos son demasiado inteligentes para ser mantenidos agachados por mucho tiempo. Alguien siempre encontrará la manera de ofrecer una solución a un problema existente.

Y si el problema es la censura, entonces la solución es la tecnología.

De eso se trata la división del trabajo. Gab fue una reacción al odio de Silicon Valley a la libertad de expresión. Eventualmente todo esto será puesto en una cadena de bloques y pagado fuera del sistema bancario normal si Soros, Zuckerberg, Merkel y el resto de estos corporativistas continúan presionando por el control total sobre el habla.

Mientras tanto, Gab tuvo su mejor par de días en términos de cuentas nuevas.

Al igual que Alex Jones, que vio aumentar el interés por InfoWars después de ser echado de redes sociales en agosto. Así que, no tengo dudas de que Gab sobrevivirá, porque como Ron Paul dijo brillantemente durante su campaña para la presidencia, "La libertad es popular".

Y esa libertad es lo que Twitter y Facebook han olvidado. Eran populares por su falta de filtro.

Su anarquía.

Y si hay algo que el gobierno odia es la competencia.

¿Cuál es la antítesis del gobierno? La falta de él.

Todo lo grande en el mundo fue creado a través del intercambio voluntario. A través de la anarquía funcional.

Incluso si usted no está de acuerdo con este artículo, lo está haciendo libremente, sin ningún tipo de coerción. Todo lo que puedo hacer es ofrecerle mis mejores ideas y ver si le gustan. No puedo hacer que lea esto.

Y no lo hago gratis. Lo hago porque creo que lo que tengo que decir vale no sólo su tiempo, sino también su apoyo directo. Y hasta ahora más de 210 de ustedes han elegido libremente hacer precisamente eso.

Al igual que apoyé a Gab desde el principio, enviando donaciones, porque lo vi venir. Y sabía que el dinero gastado hoy era un pago inicial para un mundo sin control sobre nuestras voces mañana.

Y eso es algo que todos deberíamos gritar a pleno pulmón.