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Opositores al presidente yemenita Alí Abdulah Saleh anunciaron hoy nuevas protestas para forzar su renuncia, en medio de advertencias gubernamentales contra manifestantes después de incidentes violentos en Dhamar y de rumores de sedición en las filas militares, informa PL.

Grupos de activistas que llevan desde enero protestando en las calles multiplicaron sus demostraciones para que el mandatario abandone el cargo de manera inmediata e incondicional, luego de fracasado un plan propuesto por el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) Pérsico.

La bautizada como Plaza del Cambio continuó tomada por adversarios de Saleh que gritaron consignas contra su gobierno y volvieron a responsabilizarlo por la represión de las manifestaciones, causantes de cientos de muertos y heridos, según distintas fuentes.

El Ministerio del Interior, entretanto, advirtió hoy de las consecuencias de realizar ataques contra instalaciones gubernamentales y propiedades privadas, así como poner en peligro la vida de los agentes de la seguridad pública.

Un comunicado de la referida dependencia difundido por la agencia oficial Saba responsabilizó a miembros de los partidos opositores aglutinados en el Encuentro Común (EC) de «cualquier potencial repercusión resultante de actos ilegales o movilizaciones prohibidas».

Al menos 12 personas sufrieron heridas en Dhamar por disparos aparentemente hechos desde un edificio del partido Islah por activistas del EC contra partidarios de Saleh que pedían respeto a la legitimidad constitucional, es decir, rechazaban presiones para que renuncie.

La versión oficial apuntó que los inconformes abrieron fuego contra la marcha, y negó acusaciones de que simpatizantes del partido gobernante Congreso General Popular agredieron a civiles que se concentraron en el centro de la mencionada ciudad.

Asimismo, fuentes militares negaron reportes del canal satelital Suhail y de la cadena catarí Al Jazeera, según los cuales, hubo una sedición de varios efectivos de la Guardia Republicana y las Fuerzas Especiales que se unieron a opositores en la Plaza del Cambio.

El desmentido indicó que los hijos de un extinto líder islamista del clan Al-Ahmar, jefes de la Hermandad Musulmana y disidentes compraron numerosos uniformes militares y de las fuerzas de seguridad, así como carros pintados con colores del Ejército para simular la deserción.

Por otro lado, autoridades confirmaron el retorno a la normalidad en la ciudad meridional de Taiz después de semanas de caos y protestas, mientras se conoció que dos soldados y un civil murieron en un ataque atribuido a Al-Qaeda en Mukalla, capital de la provincia de Hadramaut.