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El maltrato dispensado a empleadas y empleados de hoteles lujosos saltó a la superficie tras la detención del ahora ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, acusado de intentar violar a una camarera en su habitación de 3.000 dólares la noche.

La mayoría de las camareras son inmigrantes que no se atreven a hacer denuncias por temor a perder su trabajo o ser deportadas. Trabajadoras del hotel entrevistadas por IPS dijeron que son comunes incidentes de carácter sexual, desde propuestas hasta acoso. Muchas declararon que las autoridades suelen mirar para otro lado como deferencia a huéspedes de alto perfil.

"Pasa todo el tiempo", dijo a IPS una ex empleada del lujoso Hotel Mercer, en el barrio Soho, que pidió reserva de su identidad. "Este caso fue extremo, pero sí, no es raro que las camareras sean acosadas o hasta agredidas. Cuando trabajaba en el hotel solía escuchar comentarios irrespetuosos u ofertas para estar con clientes varones a cambio de dinero", recordó.

"La mayoría de los hombres que se alojan allí son empresarios de clase alta. Tienen el dinero y el poder de hacer lo que les plazca y creen que siempre se saldrán con la suya", señaló, y añadió que el personal de limpieza suele ser renuente a realizar denuncias por temor a no contar con el respaldo del hotel según la máxima de que "el cliente siempre tiene la razón".

"Si el empleado no está satisfecho con el trato recibido, los gerentes están más que deseosos de que se vaya y se busque otro trabajo", señaló al describir la actitud reinante.

Pero para muchas camareras no es una opción buscar un nuevo empleo. Algunas no tienen documentos en regla y otras tienen visas de trabajo que las atan a contratos específicos. Ambas situaciones las dejan en situación vulnerable y las obligan a trabajar muchas horas, percibir bajos salarios y, en algunos casos, ser víctimas de abuso físico o sexual.

"El control que ejercen los empleadores sobre trabajadores extranjeros y la percepción de 'propiedad' que existe en la relación hace que los inmigrantes teman perder su trabajo", explicó Jeremy Richards, abogado especialista en derecho migratorio.

Strauss-Khan renunció a su cargo en el FMI para defenderse contra los cargos derivados del incidente del 14 de este mes. El ciudadano francés está en detención domiciliaria en Nueva York tras pagar una fianza de un millón de dólares, además de otros cinco millones para asegurar su comparecencia ante el tribunal.

Se sabe poco de la demandante, salvo que es una inmigrante de África occidental de 32 años, madre de un adolescente y que hacía tres años que trabajaba en Sofitel. Desde que ella realizó la denuncia, otras dos empleadas declararon que Strauss-Kahn les había hecho propuestas sexuales durante su estadía.

"La situación de la mayoría de las camareras es, sin duda, delicada, no sólo porque suelen ser inmigrantes, sino porque están en el eslabón más bajo de la jerarquía", señaló Janaina Santos, recepcionista de un lujoso hotel de Manhattan. "La hospitalidad es una de las mayores industrias en materia de ganancias y no es difícil reemplazar empleadas", dijo a IPS.

Es posible que el incidente promueva cambios en las políticas de seguridad del hotel, que, antes del episodio protagonizado por Strauss-Kahn, se concentraban en la seguridad de los huéspedes.

"Existe preocupación por el comportamiento de los empleados con los huéspedes, pero no recuerdo haber visto nada, al menos en mi función, sobre cómo se debe reaccionar en caso de ser agredido por uno de ellos. Es interesante teniendo en cuenta que no es un problema nuevo", indicó Santos.

El director gerente de Sofitel, Robert Gaymer-Jones, divulgó un comunicado el 16 de este mes en el que declara que la gerencia del hotel estará a disposición para colaborar con la investigación policial. El comunicado subraya la prioridad del hotel de garantizar la seguridad de los huéspedes y del personal.

"Para proteger a huéspedes y trabajadores, Sofitel Nueva York implementó un estricto procedimiento y una línea directa para que los empleados puedan denunciar cualquier situación. Hace más de un año que las medidas fueron adoptadas", reza el comunicado. "La gerencia del hotel no está al tanto de ningún otro caso de intento de violación", declaró el director general en respuesta a una acusación de un integrante del parlamento francés sobre que las autoridades habían tapado episodios anteriores similares.