El Servicio de Meteorología (Senamhi) de Bolivia puso bajo alerta roja al departamento amazónico de Beni (noreste) por inundaciones que amenazaban a su capital Trinidad, mientras se prolongaba una temporada de lluvias que ha dejado ya 31 muertos y 28 desaparecidos.
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"Por precipitaciones constantes, continuarán los desbordes de ríos en la cuenca del Mamoré", indicó el Senamhi en un boletín en el que señaló que varias poblaciones de esa área sufrían ya inundaciones de diversa gravedad.

El Mamoré, que bordea Trinidad en medio de la llanura beniana, es el río más caudaloso de Bolivia, en el que confluyen aguas de decenas de ríos de que nacen en la cordillera de los Andes, donde estaban pronosticadas fuertes lluvias hasta el próximo fin de semana.

Entre esos afluentes del Mamoré, el Senamhi señaló a los ríos Ichoa, Isiboro y Sécure, próximos a la región productora de coca de Chapare (centro), donde se han reportado decenas de inundaciones menores y cortes de carreteras.

La oficina meteorológica indicó, en otro boletín, que otros seis departamentos, incluido La Paz, estaban en alerta naranja, con riesgo también considerable de sufrir inundaciones en pueblos y cultivos, o derrumbes en carreteras.

Paralelamente, el Viceminsiterio de Defensa Civil reportó que hasta la tarde del 19 de marzo los desastres provocados por las lluvias afectaban a 93 municipios, casi un tercio del territorio nacional, con 17.589 familias damnificadas con pérdidas importantes de sus bienes, incluidas viviendas, y otras 35.780 familias afectadas en menor grado.

El recuento oficial agregó que había 19.258 hectáreas de cultivos destruidos.

El Senamhi pronosticó que la actual ola de lluvias podría ser la última de la temporada, que este año se prolongaba un mes más de lo habitual