Traducción de Helios Alonso.

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Las fotos de la Puerta del Sol tienen un extraño parecido a la Plaza Tahrir en El Cairo. Más de una semana de concentraciones y un campamento permanente en protesta por los efectos devastadores de la crisis económica y la colaboración del Estado español con los banqueros y los intereses empresariales para imponer medidas de austeridad.

Las manifestaciones comenzaron con una convocatoria hecha por Internet para una protesta el 15 de Mayo demandando "democracia real ya". Decenas de miles de personas salieron a la calle y muchas se quedaron esa noche cuando comenzó el campamento. Los y las manifestantes - también llamados "indignados"- se encontraron con una represión policial feroz, pero la ocupación continuó, cobrando fuerza y extendiéndose a ciudades y pueblos de todo el Estado, a pesar del hecho de que ningún sindicato mayoritario o partido político participara.

Un punto donde se enfoca la rabia es el gobierno español, dirigido por el primer ministro José Luis Rodríguez Zapatero del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), nominalmente de centro-izquierda. Como el gobierno del Partido Laborista de Tony Blair y Gordon Brown en Gran Bretaña, Zapatero no demostró ningún reparo en ofrecer un rescate al sistema financiero español cuando la crisis golpeó en 2009, pero no ha habido ninguna ayuda para la gente de clase trabajadora. Ahora, el desempleo está pegando duro, especialmente entre la juventud, donde la tasa de desempleo oficial supera el 40%. La responsabilidad del gobierno en este desastre económico fue la razón obvia del abrupto descenso de la votación al PSOE en las elecciones regionales y locales del 22 de Mayo.

Algunos columnistas confunden la actitud anti-Zapatero de las y los manifestantes de la Puerta del Sol como un rechazo a la izquierda, pero en realidad es al contrario -los manifestantes demandan democracia real y el fin de las medidas neoliberales que cargan sobre los trabajadores el peso de la crisis causada por los banqueros.

Las ocupaciones se habían previsto en un principio hasta el domingo 22 de Mayo, día de las elecciones, pero la asamblea general de Puerta del Sol votó por la continuidad del campamento al menos por otra semana. De esa manera se podría usar la plaza como base para extender el movimiento de protesta hacia los barrios de toda la ciudad.

Sam Robson es miembro de En Lucha y participante de la ocupación en Puerta del Sol. Respondió a estas preguntas de Helen Redmond unos días antes de las elecciones del domingo.

Multitud de personas se han unido a las protestas por una "democracia real ya" en Madrid. ¿Cómo comenzó el movimiento?

Hubo una manifestación el día 15 con el slogan de "¡Democracia Real Ya! No somos mercancía en manos de políticos y banqueros".

La protesta fue convocada a través de Facebook por un grupo de "indignad@s" contra los efectos de la crisis económica - y la manera en que nos gobiernan, que provoca estos efectos. El apoyo creció y creció. La manifestación fue un gran éxito, aunque no fuera convocada por ninguna organización establecida, sindicato o partido. Hubo entre 40.000 y 50.000 personas en Madrid y cerca de 80.0000 personas manifestándose simultáneamente en otras 60 ciudades del Estado español.

Después de la manifestación en Madrid, la gente permaneció en la plaza de Puerta del Sol, hablando y debatiendo - y cuando sobrevino la noche, surgió la idea de quedarse, acampando, hasta las elecciones del 22 de Mayo.

En las primeras horas del Martes 17, la policía llevó a cabo un desalojo violento del campamento. Después de eso hubo un llamamiento para retomar la plaza y, esa noche, miles de personas acudieron. Desde ese momento ha habido un campamento permanente en Puerta del Sol. La rutina es que a las 8pm la gente se concentra -20.000 ó 25.000 por noche, y cada noche hqy más que la anterior. La mayoría de la gente vuelve a casa entre las 12 y las 2am, pero entre 3.000 y 5.000 personas se quedan a pernoctar en la plaza.

Háblanos del ambiente en Sol.

Obviamente en las noches, cuando la plaza está repleta, con miles de personas cantando consignas, es impresionante. El ambiente es la confirmación de todo lo que creemos como revolucionari@s. Efectivamente se ha establecido una mini-ciudad, y puedes ver cómo, cuando la gente toma el poder en sus propias manos, aunque sea sólo en una pequeña área, tenemos el potencial de hacer funcionar las cosas.

Todo se organiza a través de una asamblea general, que se divide a su vez en asambleas más pequeñas para manejar distintos aspectos del movimiento, como acciones, planes futuros, comida, comunicación, etc.

Las asambleas son abiertas a todo el mundo y participan cientos de personas. En ese sentido el tamaño es un problema - así que cada asamblea tiene una serie de comisiones que se encargan con más detalle de los asuntos de logística. Pero también están abiertas a que cualquiera participe.

Dentro del campamento hay una agenda de limpieza, así que la plaza se limpia contínuamente. Hay una guardería, una biblioteca, comida gratis y distribución de agua, una tienda de primeros auxilios y distribución de mantas por la noche. También se ha tomado, desde el principio, la decisión de no beber alcohol dentro del campamento, porque al principio, algunos menospreciaban al campamento tildándolo de "gran botellón".

La idea que se proyectaba al principio era de que sólo la gente joven estaba involucrada. Es verdad que la mayoría de la gente es joven, pero hay personas de todos los tipos y edades. Por ejemplo, yo soy profesor, y de los cerca de 50 compañeros en la escuela donde trabajo, al menos 10 han estado allí, y muchos han estado varias veces hasta horas tempranas de la mañana.

¿Qué tipo de demandas están haciendo los manifestantes al gobierno?

Hay una serie de demandas, y las asambleas trabajan sobre ellas constantemente. Varían mucho. Algunas son medidas específicas, como más guarderías públicas; el derecho a vivienda digna para todos, que supuestamente está garantizado por la constitución; o empleo digno - esto es, no sólo empleos, sino puestos de trabajo seguros con una paga decente. Otras demandas incluyen la reforma de la ley electoral, medidas anticorrupción y un referéndum para el establecimiento de una república.

Los manifestantes rechazaron otro ultimátum del gobierno para abandonar la Puerta del Sol el sábado. ¿Hubo confrontación con la Policía?

Teóricamente, el día antes de las elecciones es un "día de reflexión", y no hay campañas políticas. Así que la Junta Electoral declaró ilegal al campamento basándose en ello. La falta de confianza que tenían se vio reflejada en la votación de la Junta: 5 a 4, con una abstención.

El resultado fue que el viernes a la noche hubo más gente que nunca - no sólo en la Plaza, sino también llenando las calles alrededor. Cuando se acercaban las doce fue un momento fantástico - la muchedumbre entera, decenas de miles de personas, enmudecieron para escuchar las campanadas del reloj - tal como se hace tradicionalmente en esta plaza la Noche Vieja.

Cuando pasaron las campanadas y la Policía no hizo nada el ambiente fue increíble. En realidad todo el mundo sabía que no iba a haber confrontación porque la única manera de desalojarnos de la plaza sería a través de una masacre. De hecho, desde el último miércoles, la presencia policial fue mínima. La Policía se replegó sabiendo que no podrían hacer nada con nosotros.

¿Cuentan los acampantes con el apoyo de la gente en el Estado español?

Creo que es enorme. Publicaron una encuesta en la televisión que decía que el 70 por ciento de la gente estaba a favor de que la acampada se mantuviera el día de reflexión, lo que usualmente es visto como algo bastante "sagrado".

En el Estado español vivien muchos inmigrados de Latinoamérica y África. ¿Ellos están participando de la ocupación?

Sí, están participando. Pero yo diría que están menos representados en comparación con su porcentaje de la población. De cualquier manera hay carteles en muchas lenguas, y una de las demandas específicas del movimiento es el rechazo a toda la legislación anti-inmigración.

¿Cuáles son algunos de los debates entre los manifestantes?

Todo es debatido a lo largo del día y de la noche, pero una cosa no está siendo debatida - y deberá serlo si queremos encauzar una debilidad del movimiento: es la naturaleza antipartido de los manifestantes.

Por razones obvias, ningún partido es bienvenido. No se permite ningún cartel con el logo de partidos políticos o grupos políticas, como se acordó en la asamblea general desde el principio de la ocupación.

El problema es que este rechazo no hace distinción entre los partidos oficiales y los sindicatos corruptos por un lado, y por otro los sindicatos alternativos y grupos políticos que comparten todos los objetivos del movimiento, y que de hecho han estado movilizándose por ellos desde hace años.

En este momento es muy difícil introducir esta cuestión, aunque el movimiento es muy político. La plaza entera está cubierta con carteles, colgados o pegados en cualquier espacio disponible, incluyendo muchos que proclaman la revolución. Una pancarta gigante dice "No hay solución sin revolución". Algunas pancartas cubren publicidad comercial gigante, y los bomberos, que fueron llamados a retirarlas, se negaron a hacerlo.

Así que puedes ver cómo el rechazo a los sindicatos y a las organizaciones políticas puede comenzar a romperse.

(*)Militante de En Lucha. Socialist Worker es la publicación del SWP organización hermana de En lucha en Gran Bretaña.