La invitación de China a Siria para adherirse al megaproyecto de la Nueva Ruta de la Seda desafía las sanciones de Estados Unidos, señala la asesora de Al-Asad.

Siria y China
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En una entrevista concedida el jueves a la cadena libanesa de noticias Al-Mayadeen, la consejera política y de información en la Presidencia de la República Siria, Buzaina Shaaban, ensalzó la participación de Damasco, a petición del Gobierno chino, en el II Foro de "la Franja y la Ruta", que se celebra en Pekín (capital china) entre los días 25 y 27 de este mes de abril.

La asesora del presidente sirio, Bashar al-Asad, subrayó que la asistencia de Damasco en el mencionado foro supone "un desafío importante a las sanciones de Estados Unidos contra Siria e Irán".

En este sentido, destacó la firmeza y resistencia de los sirios ante complots y presiones económicas del Gobierno estadounidense, como lo hicieron en la lucha contra el terrorismo, del que han salido ganador. "El pueblo sirio tendrá paciencia ante la difícil situación económica, como mantuvo paciencia en el combate antiterrorista", remarcó la funcionaria.

Shaaban representa a Siria en el foro de "la Franja y la Ruta", en el que participan más de un millar de empresarios de cerca de 120 países. En el evento tomarán parte además un total de 37 jefes de Estado y de Gobierno y más de 100 ministros de todas partes del mundo.

La importancia de la participación de Siria en esta cumbre internacional emana de su papel histórico en la Ruta de la Seda, pues en la época de la antigua Ruta de la Seda, los bienes de Oriente alcanzaban el Mediterráneo a través de las provincias sirias de Palmira y Alepo en su viaje hacia Europa y más concretamente hacia Roma (Italia).

De este modo, y en el marco del proyecto de la Nueva Ruta de la Seda el Gobierno de Pekín planea enviar sus productos a través de una vía terrestre desde China hasta el Mediterráneo pasando por Irán e Irak.

La Nueva Ruta de la Seda es un enorme proyecto comercial diseñado por China y lanzado en 2013, que pretende conectar Europa, Asia del Sur y Oriental, Asia Central, Oriente Medio y también América Latina.

Washington es un férreo crítico de la iniciativa, e incluso ha estado ejerciendo presión contra diferentes países para que no se adhieran al proyecto chino. Pues, Estados Unidos considera a la Nueva Ruta de la Seda como un gran desafío a sus intereses ante uno de sus principales rivales, el gigante asiático.