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El papa Benedicto XVI ordenó el cierre de un monasterio en Roma, uno de los centros católicos más visitados, destacado por una moda de vida muy extravagante de sus monjes y problemas financieros.

La decisión de suspender el Monasterio de la Santa Croce (Santa Cruz de Jerusalén) fue tomada tras una investigación que reveló una serie de prácticas impropias, entre ellas un baile extraño con un crucifijo que interpretaba una monja que anteriormente se mantenía de bailes eróticos en locales nocturnos.

Tras su ordenación, sor Anna Nobili no dejó de bailar pero sus nuevas danzas, aunque más modestas, fueron demasiado atrevidas para la tradición católica: se tumbaba con brazos en cruz frente al altar, se doblaba y giraba con un crucifijo. En 2009, bailó para el arzobispo Gianfranco Ravasi, jefe del departamento de cultura en El Vaticano.

El año pasado El Vaticano suspendió al abad del monasterio cisterciense, Simone Fiorasco, por la mala condición económica y espiritual de la abadía. Este religioso, quien es un antiguo diseñador de moda, ayudó a abrir un hotel de lujo con servicio de limusina 24 horas al día.

En 2008, el monasterio hospedó a la famosa cantante de pop Madonna, a quien mostraron las reliquias del monasterio, incluidos unos fragmentos de la Vera Cruz. El monasterio también era punto de reuniones para los "Amigos de la Santa Croce", un grupo aristocrático que ha sido objeto de críticas por algunas de sus prácticas, entre ellas bailes alrededor del altar.

Una portavoz de la parroquia adjunta al monasterio dijo que el monasterio seguirá cerrado hasta fines de mayo pero que la vida de la parroquia no se verá afectada. Según el decreto emitido anteriormente este año, los monjes deben ser trasladados a otros monasterios en Italia.

La basílica del monasterio se remonta al siglo IV y es uno de los siete objetivos de peregrinación en Roma.