El Ejército mexicano desmanteló uno de los laboratorios de droga más grandes en el sureste del país, a unos 60 kilómetros de la frontera entre México y Guatemala.


El narcolaboratorio fue abandonado por los vigilantes cuando se aproximaban efectivos militares. El lugar estaba oculto entre varios matorrales en una zona pantanosa, en el municipio de Huixtla, Chiapas.

Según los informes, el laboratorio comprendía unas 10 hectáreas en las que se producían unos 150 kilogramos diarios de droga, para ello los delincuentes utilizaban tecnologías sofisticadas.

En el operativo, los militares han incautado dos toneladas de 'cristal', un narcótico sintético, además de varios vehículos y otras sustancias químicas que serán sometidas a estudios, a fin de identificarlas.