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La falta de decisiones políticas propició que la pobreza en México alcance niveles de miseria, fenómeno al cual se une la violencia, lo cual hace difícil la situación del país, aseguró.

El presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano consideró que el país cuenta con los recursos suficientes para superar esa situación, pero faltan reformas encaminadas a revertir el problema.

Los pronunciamientos del clérigo se unen a las fuertes críticas que genera hoy el planteamiento del secretario de Hacienda y Crédito Público, Ernesto Cordero, quien el pasado martes dijo que "hace mucho tiempo que México dejó de ser pobre...".

Al respecto, el obispo Mario Espinosa señaló que la pobreza del país depende de la perspectiva en que se vea el asunto, porque no lo es si se consideran sus riquezas naturales, culturales, valores, solidaridad, generosidad, resistencia y sacrificio.

Sin embargo, económicamente sobresale la diferenciación, sobre todo en el plano familiar, donde las carencias resultan evidentes y en muchos casos crecientes.

Federico Ovalle Vaquera, secretario general de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (Cioac), también sumó su voz a los criterios emitidos por la iglesia, al expresar que 40 por ciento de la población mexicana que reside en el campo no tiene ingresos.

El dirigente criticó los estudios del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y el Banco Mundial, que ubican a México como un país de clase media, cuando la realidad señala que más de 70 por ciento de los indígenas padecen de marginación.

A esto se suma el rezago educativo que involucra a 3,1 millones de mexicanos de 5 a 17 años de edad en los estados de Oaxaca, Chiapas y Yucatán, además de que 20 por ciento de los niños en edad escolar presentan desnutrición y 40 por ciento de las mujeres indígenas anemia, acotó Ovalle.