En medio de la crisis global, con Estados quebrados y en cesación de pagos, con ajustes salvajes del gasto público que impactan en los sectores más vulnerables de la sociedad, con desocupación récord mundial y caída del consumo, el gasto militar mundial continúa en en ascenso. El gasto militar global que ya asciende a la astronómica cifra de US$1,464 billones (además del billonario negocio para las corporaciones armamentistas) marca un escenario de ascendente escalada militar de las potencias y de los países en todos los continentes.© Desconocido
El gasto militar global creció el 4% y alcanzó la cifra récord de US$1,464 billones, el 50% más que en 1999, de acuerdo con un estudio del Instituto de Investigación para la Paz Internacional de Estocolmo (SIPRI) divulgado en la capital sueca.
Esa cifra equivale al 2,4% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial y a 217 dólares por cada habitante del planeta, de acuerdo con el organismo sueco.
"La crisis financiera global todavía no ha repercutido en los ingresos y beneficios de las grandes empresas armamentistas", señala el SIPRI.
Mientras los gobiernos centrales reducen déficit fiscal por medio de ajustes salvajes y la cumbre del G20 promete más reducción de los presupuestos estatales, el gasto militar sigue en una escalada imparable."En los países que conforman el Consejo de Seguridad de la ONU, el gasto militar ha crecido en forma constante desde 2000", le dijo a la cadena BBC, Carina Solmirano, analista del Instituto de Estudios de la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés).
En 2009, a pesar de la crisis financiera y la recesión económica, la inversión mundial en defensa
aumentó en casi un 6% en términos reales (tomando en cuenta la inflación).
En febrero de este año, el gobierno de Barack Obama anunció que el gasto militar de 2011 sería de $US750.000 millones, US$31.000 millones más que en 2010 y casi US$100.000 millones más que en 2009.
Europa no ha escapado a esta tendencia. En 2009, su gasto militar aumentó en un 2,7%.
En 2009, a pesar de la crisis financiera y la recesión económica, la inversión mundial en defensa aumentó en casi un 6% en términos reales (tomando en cuenta la inflación).
China, igual que Rusia, triplicó sus gastos en armamento en los últimos diez años y en 2008 se convirtió por primera vez en el segundo de la lista detrás de EEUU.
Pekín y Moscú triplicaron sus desembolsos militares en ese período, y Rusia "mantiene sus planes para gastar todavía más a pesar de sus problemas económicos severos", indica el estudio del SIPRI.
El SIPRI calcula que las compras de armas por parte de China totalizaron US$ 84.900 millones, lo que representa un 6% de los gastos militares en el mundo, por delante de Francia
© Desconocido
En febrero de este año, el gobierno de Barack Obama anunció que el gasto militar de 2011 sería de $US750.000 millones, US$31.000 millones más que en 2010 y casi US$100.000 millones más que en 2009.
En Reino Unido, el presupuesto militar supera los US$55.000 millones y el gobierno tiene que decidir este año si renueva el Trident, su sistema de armas nucleares, a un costo estimado de más de US$150.000 millones.
Organizaciones no gubernamentales británicas como Women in Black, opuestas a la renovación del sistema, están haciendo campaña para que se elimine el Trident a fin de lidiar con un déficit fiscal que supera los US$200.000 millones.
Situaciones similares enfrentan los gobiernos europeos respecto de otro factor de peso en el incremento del gasto militar: el conflicto en Afganistán.
Según datos de SIPRI, a fines de 2009 Reino Unido tenía un gasto programado de US$5.400 millones o 9,2 % de la inversiones en defensa, Alemania de US$792 millones (1,7%) y Francia de unos US$458 millones (1%).
"
Este impacto se ve claramente en Estados Unidos, que desde su participación en los conflictos de Irak y Afganistán ha visto un fuerte aumento del gasto militar que no hubiera ocurrido sin estos conflictos", señaló la analista del SIPRI, Carina Solmirano.
Pero el gasto militar también sirve como reactivador de la economía en tiempos de crisis.
Según el premio Nobel de Economía, Paul Krugman, EEUU salió de la recesión de 1937 gracias a la reactivación de la economía durante la Segunda Guerra Mundial.
Según datos del SIPRI, en 2004 casi tres millones y medio de estadounidenses se encontraban en empleos vinculados con la defensa. Entre las fuerzas armadas y su personal civil se sumaban otros dos millones.
El lobby de la industria armaentista resalta que el gasto militar genera empleo, actividad económica e ingresos impositivos.No obstante, un estudio del instituto
Foreign Policy in Focus de Washington, que comparó el nivel de empleo que se genera con una inversión de US$1.000 millones en defensa, salud y energía limpia, llegó a la conclusión de que el sector militar es el menos eficiente en términos de creación de empleo y beneficios económico-sociales.
El mayor incremento en el gasto mundial armamentista le corresponde a EEUU (58%): las respectivas asignaciones de Washington aumentaron en 219.000 millones de dólares desde 1999. Casi se triplicaron los gastos militares China y Rusia, hasta los US$ 42.000 millones y los US$ 24.000 millones, respectivamente.
Un notable incremento de los presupuestos militares se registró en la India, Arabia Saudí, Irán, Israel, Brasil, Corea del Sur, Argelia y Gran Bretaña, según el SIPRI.
La lista continúa con Turquía, Singapur, Pakistán, Malasia, Israel, Argelia, Marruecos, Libia, Egipto, Irán, Sudáfrica, Arabia Saudita, Brasil, Sudán, Chile y Venezuela.
Los cinco mayores vendedores en el lustro fueron
EEUU, Rusia, Alemania, Francia y Gran Bretaña, responsables por más de 75% de las exportaciones de armas convencionales, según el Sipri, uno de los principales institutos del mundo dedicado a la investigación sobre desarme.
La "guerra contraterrorista"El actual presupuesto de Defensa de EEUU ya estaría superando el
50% del total del gasto armamentista en el mundo.
Pero, además, Estados Unidos es el primer exportador de armas del mundo. Loren Thompson, del Lexington Institute (un instituto de análisis), estima que en diez años la industria armamentista podría ser el primer producto de exportación nacional.
Finalmente el "sueño americano" de Obama se materializó en números: El presupuesto destinado al área de la Defensa (Pentágono) que incluye las guerras militares y las políticas de ocupación rondan los US$ 730.000 millones para el ejercicio fiscal 2010.
La primera potencia imperial es, sin sorpresa, el país con mayores gastos en armamento del mundo, según el SIPRI.
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Los gastos EEUU representan casi un 42% del total, más que los 14 países siguientes reunidos, en un legado de la política del ex presidente George W. Bush, según el SIPRI
Desde 1999, los gastos de la defensa estadounidense aumentaron un 67% a precios constantes, para situarse en US$ 607.000 millones el año pasado, y llegar a US$ 730.000 millones en el presupuesto fiscal 2009.
"La idea de la 'guerra contra el terrorismo' estimuló a muchos países a ver sus problemas a través de un lente altamente militarizada, utilizando este argumento para justificar sus altos gastos militares", explica Sam Perlo-Freeman, investigador del instituto sueco.
De esta manera se verifica la directa relación de la "guerra contraterrorista" con las ganancias y la expansión de los consorcios armamentistas USA, que resultan, juntos con las petroleras y las corporaciones de servicios (que incluyen a las compañías de "seguridad privada"), los beneficiarios principales de las invasiones y ocupaciones militares, tanto en Irak y Afganistán, como de los conflictos actuales y potenciales en Medio Oriente y en todo el planeta, entre los que se incluyen las planificadas acciones militares contra Irán y Siria.En resumen, los US$1,464 billones de gastos militares en el planeta y la expansión geométrica de las ganancias de los consorcios armamentistas de Europa y EEUU, son
la prueba más irrefutable de la relación simbiótica de supervivencia establecida entre el sistema capitalista con los conflictos armados y las ocupaciones militares.
Uno se retroalimenta de los otros, y ambos términos de la ecuación conforman la piedra angular de la existencia misma del sistema que hoy controla el mundo.
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