Al menos 280 personas murieron y más de 2,8 millones resultaron afectadas por las inusuales lluvias e inundaciones que se están registrando en el este de África, informó hoy jueves la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Displaced families flee to higher ground in K'akola village in Nyando sub-county in Kisumu, Kenya, after their houses were flooded on December 3, 2019
© AFPFamilias desplazadas huyen a tierras más altas en la aldea de K'akola, en el subcondado de Nyando, en Kisumu, Kenia, después de que sus casas fueran inundadas el 3 de diciembre de 2019.
Viviendas, infraestructuras y medios de subsistencia quedaron destruidos o resultaron perjudicados en las zonas más afectadas, y el riesgo de enfermedades infecciosas como el cólera va en aumento, dijo la agencia de la ONU.

"Causadas principalmente por el Dipolo del Océano Índico (IOD, por sus siglas en inglés), es probable que las intensas precipitaciones persistan a lo largo de diciembre y se intensifiquen en Kenia, Tanzania y Uganda", detalló la OCHA en su último boletín sobre las inundaciones.

La estación corta de lluvias, que se extiende normalmente de octubre a diciembre, está siendo excepcionalmente dura en Kenia y ha afectado ya a más de 160.000 personas en 31 de los 47 condados del país.
"Al menos 132 personas murieron, 72 de ellas debido a un corrimiento de tierras que sepultó sus viviendas en el condado de West Pokot", precisó la agencia humanitaria de la ONU.
Las tormentas provocaron graves desperfectos en las infraestructuras kenianas, incluidas viviendas, centros de salud y escuelas, además de causar el desplazamiento forzoso de un número no confirmado de personas y paralizar servicios básicos.

Los desperfectos que se registraron en carreteras y puentes dificultaron las tareas humanitarias en las zonas afectadas.

En Yibuti, el equivalente a dos años de lluvias cayó en dos días, lo que provocó riadas que afectaron a 250.000 personas, de las que nueve murieron, según el reporte de la OCHA.
"En muchas áreas, las inundaciones están llegando después de sequías consecutivas, mientras en otras, los aquejados por las inundaciones son víctimas también del conflicto y la violencia", añadió.
Advirtió de que "al enfrentar estos complejos golpes que están empeorando, existe un riesgo alto de que las familias empleen mecanismos de respuesta negativos, como abandonos de la escuela y matrimonios precoces".

En Somalia, las inundaciones, según la OCHA, han afectado a 547.000 personas, con 17 muertos y unos 370.000 desplazados.

En Sudán del Sur, donde 908.000 personas se han visto afectadas desde junio, las inundaciones sumergieron comunidades enteras, destrozaron y dejaron inaccesibles servicios básicos y mercados, y causaron pérdidas en las cosechas que provocarán un comienzo anticipado de la temporada de escasez que suele iniciarse en enero.

La OCHA añadió que más de 420.000 personas resultaron afectadas por la anegaciones de agosto a octubre en Sudán, con 78 fallecidos y 49.500 viviendas destruidas.

En Etiopía, continuó la agencia, las lluvias afectaron a unas 570.000 personas, con más de 200.000 desplazados forzosos, y perjudicaron la estación de cosecha.

En Burundi, las lluvias torrenciales afectaron a 3.100 personas en la provincia de Munyinga, mientras en Uganda, se registraron inundaciones y corrimientos de tierra en al menos 12 distritos, entre ellos el de Bundibugyo, donde más de 4.000 personas se vieron afectadas.

Por último, en Tanzania, más de 50 personas murieron por el fenómeno y 10 de ellas perdieron la vida al ahogarse debido a la crecida de un río.