Desde la mañana del domingo se han registrado más de 400 sismos en la península de Reykjanes. Sin embargo, ninguno registró una magnitud superior a 3,7, según la Oficina Meteorológica de Islandia (IMO).
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Conduciendo desde el aeropuerto internacional de Keflavík, el paisaje de aspecto alienígena está lleno de maravillas naturales y geológicas como campos de lava, áreas geotérmicas y volcanes activos. La península de Reykjanes es el hogar del Geoparque de Reykjanes; cinco volcanes conforman su paisaje geológico.

Sin embargo, la última erupción se registró por última vez en el siglo XIV y en realidad creó el campo de lava cerca del lago Hlidarvatn. Sin embargo, la composición geológica de la zona, junto con el hecho de que es donde se conectan dos placas continentales -la europea y la norteamericana- la convierten en un terreno fértil para la actividad sísmica, generalmente inofensiva pero frecuente. Según Visír, en julio de 2017, Reykjanes sintió cerca de 600 terremotos, siendo el mayor de ellos de 4.0 grados.

Dicho esto, Reykjanes fue el epicentro de los terremotos, pero la actividad se sintió en toda la península, como Keflavík, Grindavík y Akranes e incluso en la zona de la capital. A pesar de que la península es conocida por ser un lugar para más recurrencias de terremotos, éstos podrían ocurrir en cualquier parte del país, considerando el gran número de volcanes activos.