La potente explosión en Beirut es apenas la punta del 'iceberg' de problemas que deberá enfrentar desde ahora el Líbano. Expertos libaneses explicaron a Sputnik que la destrucción total del principal puerto del país no solo afectará la economía del país, sino que pone a toda la nación al borde de la supervivencia.
Beirut explosion
© Sputnik / Mikhail Alaedin
La peor parte tras la explosión arrastrará la economía del país al haberse destruido su puerto principal, el puerto de Beirut, uno de los más grandes y concurridos del Mediterráneo Oriental, donde todo lo que se almacenaba se perdió. El Gobierno Libanés ya anunció que las reservas de grano solo durarían un mes.

Pérdidas económicas y estructurales

"En infraestructura, según nuestras estimaciones, las pérdidas suman mucho más de 100 millones de dólares. A ello se deben incluir las pérdidas de productos como reservas de alimentos, harina y grano en el puerto. Los problemas logísticos garantizados para la importación y exportación de mercancías en el futuro, ya que el puerto de la capital recibía y enviaba hasta el 70% de los productos del volumen de negocios nacional", explicó a Sputnik el economista libanés Bassem Ajaqah.

También se debe considerar que una catástrofe de esta magnitud no pasa sin que se cierren varias empresas y compañías que estaban conectadas o se encontraban directamente en las instalaciones destruidas. Esto significa que varios cientos o incluso miles de personas perderán inevitablemente sus trabajos.

La experta en economía Marwa Othman considera poco probable que el Líbano pueda restaurar la ciudad y menos su propia economía.
"La restauración de la capital le costará al tesoro unos 30.000 millones de dólares. Y creo que esta cifra podría aumentar más. El puerto de Beirut tendrá que ser reconstruido desde cero", dijo.
¿Cómo compensarán la ausencia de su principal puerto?

El Ministerio de Transporte anunció el mismo día de la explosión que la mayoría de las mercancías ahora pasarán por el puerto de Trípoli. No obstante, los expertos consideran que esto no solucionará el problema, pues se sabe que su capacidad es mucho menor que la del puerto de Beirut.
"Incluso si la carga entera puede ser distribuida entre los puertos de Trípoli, Tiro y Sidón, no se evitarán las complicaciones. En primer lugar, estas transferencias en cadena también requieren mucho dinero y tiempo. En segundo lugar, estos puertos tienen un ancho de banda bajo. Lo que significa que los volúmenes de exportación e importación del Líbano disminuirán muy seriamente. Por consiguiente, el país perderá mucho dinero", explicó el economista Bassem Ajaqah.
Se avecina una crisis alimentaria

La agricultura libanesa está bastante subdesarrollada debido a las condiciones geográficas y climáticas, por lo que los agricultores locales ni siquiera cubren las necesidades domésticas. Por esta razón, los almacenes portuarios se consideraban un lugar para almacenar reservas estratégicas de materias primas y productos que fueron destruidos con la explosión.
"Hay razones para creer que el Líbano está cayendo rápidamente al nivel de 1912, el año más hambriento del país, en el que cientos de personas murieron sin alimentos ni medios de subsistencia. La nación no tiene dinero para arreglar la situación de la seguridad alimentaria, y nadie proporcionará grano y harina de forma gratuita. Pronto puede haber una grave escasez de otros alimentos", dijo Osman.
"Hay que reconocer que el Líbano está al borde de un desastre humanitario. El Gobierno necesita pedir ayuda a sus vecinos y a las organizaciones internacionales inmediatamente. Puede que el país simplemente no sobreviva estos pocos meses que tardará en empezar a reconstruir la ciudad", concluyó.