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La policía de Egipto se enfrentó por segundo día consecutivo con manifestantes en una plaza central de El cairo.

Policías antidisturbios se instalaron en las inmediaciones del Ministerio del Interior y dispararon gas lacrimógeno al enfrentarse con manifestantes que les arrojaron piedras y bombas incendiarias en el centro de El Cairo.

Si bien por el momento los enfrentamientos son de menor escala de los ocurridos el lunes, cuando más de 5000 manifestantes chocaron con la policía y que dejó decenas de heridos.

Nubes de gas lacrimógeno y el sonido de las sirenas policíacas inundaron de nuevo la Plaza Tahrir donde las fuerzas de seguridad, con indumentaria antidisturbios, impidieron que los manifestantes recuperaran el control sobre la plaza central.

Muchos de los manifestantes son familiares de más de 850 personas que murieron durante la ola de protestas que llevaron a la caída del presidente Mubarak, quien durante mucho tiempo gobernó a Egipto.

Las familias mostraron su frustración con lo que - según ellos - es un lento juicio contra los elementos de la seguridad que presuntamente fueron responsables de la muerte de unos 850 manifestantes durante la revuelta de 18 días.

Piedras y vidrio destrozado llenaron las calles alrededor de Tahrir, mientras los manifestantes coreaban: "Abajo con la junta militar". Manifestantes heridos quedaron tendidos en el suelo, algunos ensangrentados y mareados, antes de que los choques terminaran y luego de que el ministro del Interior Mansour el-Essawy emitiera una orden de retirada para las fuerzas de seguridad poco antes del amanecer.

La confrontación empezó el martes, cuando las fuerzas de seguridad desalojaran un plantón afuera del edificio de la televisora estatal hecho por los familiares de los manifestantes muertos, dijo Nourredine, un ingeniero que no dio su apellido. "Estaba enfrente del edificio de la televisión estatal esta mañana cuando las fuerzas de seguridad atacaron", dijo. "Desde entonces, los enfrentamientos han ido a más".

Los manifestantes se reagruparon el martes en la noche afuera del ministerio del Interior, donde, según rumores, dos manifestantes heridos antes durante el día habían sido detenidos. No es claro cuál fue el hecho que desató la violencia afuera del ministerio, pero al final los manifestantes empezaron a arrojar piedras y las fuerzas de seguridad dispararon descargas de gas lacrimógeno y bloquearon calles alrededor del edificio. Más tarde, los enfrentamientos se reavivaron frente al Ministerio de Interior, pero a una escala menor.