Uno de los platos del banquete de las consecuencias que sorprenderá a muchos juerguistas es el fracaso en el sistema de la "solución" única de la Reserva Federal para cada problema: imprimir otro trillón de dólares y dárselo a los financieros y corporaciones rapaces.
Hice el siguiente gráfico para explicar cómo fallan los sistemas y por qué no pueden ser restaurados. Los sistemas tienen numerosas fuentes de posible fragilidad:
1. Los sistemas pueden estar estrechamente ligados a otros sistemas frágiles, lo que crea la posibilidad de un colapso en cascada del tipo efecto dominó que comienza con una falla en el sistema que luego hace caer cada sistema conectado e interdependiente.
2. Los sistemas pueden ser ahuecados por personas con intereses propios que creen erróneamente que el sistema puede sobrevivir a un saqueo sin fin.
3. Los sistemas pueden verse debilitados por intereses perversos que ofrecen fuertes incentivos para sub-invertir en las funciones básicas y desviar los ingresos hacia la especulación y la extracción (recompra de acciones, bonificaciones a los gerentes, etc.)
4. Los sistemas pueden parecer robustos a los observadores ocasionales porque las personas en posiciones de poder cubren con capas en el exterior el deterioro de la función, la responsabilidad y la transparencia.
5. El declive de la funcionalidad/resultados puede quedar oculto por la oscuridad burocrática (declaraciones contables en las que toda la información importante está enterrada en notas a pie de página que empiezan en la página 217, etc.) y por la complejidad del engaño que reduce la responsabilidad a casi cero: nadie es responsable del declive de la función, la rendición de cuentas y la transparencia.
6. El proceso reemplaza a los resultados como la Directiva Principal del sistema. Dedicar recursos al seguimiento de los procesos en lugar de a la obtención de resultados genera una ilusión de funcionalidad, así como también se pierde la capacidad de evolución y adaptación.
7. Los amortiguadores que permitieron respuestas efectivas a las crisis se despojan hasta los huesos, ya que la redundancia y la resistencia se descuentan como "ganancias perjudiciales" o "gastos innecesarios".
8. Personas con acceso a información privilegiada en mercados financieros y el público, así como clientes, asumen erróneamente que el dinero puede resolver todas estas fragilidades sistémicas. Pero el dinero no puede comprar confianza, habilidades, profundidad institucional, incentivos productivos o cualquier otra cosa que sea esencial para fortalecer sistemas inquebrantables.
Los estadounidenses no están preparados para el colapso de los sistemas centrales. La fe secular sostiene que la propiedad corporativa de los sistemas centrales, el control estatal centralizado y la búsqueda implacable de la codicia infinita manifestarán mágicamente lo mejor de todos los mundos posibles, porque el auto-enriquecimiento por cualquier medio disponible es lo que perfecciona los sistemas.
Desafortunadamente para Estados Unidos, esta fe está exactamente al revés: el auto-enriquecimiento por cualquier medio disponible es lo que ahueca y debilita fatalmente los sistemas. La implacable búsqueda de la codicia infinita ("invertir" en la recompra de acciones, el saqueo legalizado, etc.) ha destruido los cimientos morales de la sociedad y la economía: ya no queda ninguna virtud cívica ni bienestar público. Estas frases vacías no pueden ocultar que Estados Unidos es un pozo negro moral tan corrompido por la codicia y el interés propio que la nación ya no puede ni siquiera reconocer su propia disolución moral.
El segundo gráfico que preparé hace una década describe el ciclo de vida de la burocracia, que puede ser tanto del sector privado como del público: el propósito inicial de la organización que inspiró a los innovadores y a los primeros directivos se va sustituyendo poco a poco por el interés propio, y aquellos que estaban dispuestos a sacrificarse para servir a este propósito renuncian con disgusto o son marginados como "amenazas" para los que se sirven a sí mismos en posiciones de poder.
Los líderes con suficiente juicio se van o son obligados a irse, dejando a los de suprema incompetencia en el poder, los gerentes que han sido seleccionados por lealtad a la Primera Directiva, protegiendo el saqueo interno de la interferencia externa a través del dominio de las relaciones públicas ("manejo de la narrativa") y la ofuscación.
La función principal de la organización se convierte en disfunción de la ocultación, la osificación, la esclerosis y el saqueo de los directivos internos de la organización. La pérdida de la función, la responsabilidad y la transparencia se ocultan de las miradas indiscretas, y los denunciantes -el mayor riesgo para los directivos en posición de poder que se sirven a sí mismos- son perseguidos y destruidos.
No es una coincidencia que los "sectores de crecimiento" de los Estados Unidos sean la corrupción y las relaciones públicas ("gestión de la narrativa") porque la mejor manera de ocultar la corrupción y el fracaso sistémico es gestionar la narrativa suprimiendo la disidencia y erradicando a los denunciantes.
Desconocido para la mayoría de los estadounidenses, muchos sistemas centrales ya están en las primeras etapas de colapso. Ningún sector corporativo hace un mejor trabajo de enmascarar la disfunción y la especulación que la asistencia médica, y así el colapso de los sistemas de salud sorprenderá a todos los que creyeron las brillantes relaciones públicas del sector.
Todo el sistema financiero está irremediablemente comprometido, es corrupto, egoísta y está obsesionado con la maximización de las ganancias personales por cualquier medio disponible. Uno de los platos en el banquete de consecuencias que sorprenderá a muchos juerguistas es el fracaso del sistema en la "solución" única de la Reserva Federal para cada problema: imprimir otro trillón de dólares y dárselo a los financieros y corporaciones rapaces.
Sugiero cenar ligero en el festín de las consecuencias porque los platos del fracaso del sistema se seguirán sirviendo todo el año. Así que guarda algo de apetito para los colapsos de la estructura realmente grandes que apenas ahora están siendo deslizados en el horno.
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