La prisión donde está recluido el bloguero opositor ruso Alexéi Navalni no registró ningún caso de tuberculosis entre los reclusos, informó el Servicio Penitenciario Federal de Rusia (FSIN, por sus siglas rusas) respondiendo a una solicitud de Sputnik.
Navalni
© Sputnik / Evgeny Odinokov
La semana pasada, Navalni denunció a través de su cuenta de Instagram que varias personas de su unidad penitenciaria fueron hospitalizadas con tuberculosis.

"Hasta la fecha, no se han registrado casos de tuberculosis entre los condenados recluidos en [la colonia penitenciaria] IK-2 en la región de Vladímir", declaró el FSIN.

Según la autoridad penitenciaria, al llegar a la prisión, todos los reclusos se someten a un examen médico obligatorio que, entre otras cosas, incluye radiografía de pulmones y pruebas de laboratorio.

Si se detecta una enfermedad infecciosa, los presos "se aíslan inmediatamente en la unidad médica", indicó.

Asimismo, el FSIN comunicó que "debido a una mejora de salud", Navalni regresó el 9 de abril a su unidad penitenciaria después de pasar cuatro días en la unidad médica.

En cuanto a la huelga de hambre declarada por el opositor, el FSIN aseguró que "la alimentación de los reclusos se organiza de acuerdo con los requisitos de la legislación vigente".

El 31 de marzo pasado Navalni publicó en su cuenta de Instagram que se había declarado en huelga de hambre porque las autoridades penitenciarias no le permiten ver a un médico invitado.

Por su parte, las autoridades penitenciarias de la provincia de Vladímir informaron al día siguiente que, según los resultados del examen médico, el estado de salud del opositor "se evalúa como estable y satisfactorio".

El pasado 7 de abril, Olga Mijáilova, abogada de Navalni, informó de que el opositor está enfermo y padece tos, fiebre, dolores de espalda y pierna.

Además, el examen con la imagen por resonancia magnética mostró que el opositor tiene dos hernias y una protuberancia y ahora sufre de un episodio agudo.

Afirmó que el neurólogo, con el cual se habían puesto en contacto los abogados de Navalni, concluyó que el tratamiento que le prescribieron al opositor en el centro penitenciario resulta ineficaz y puede llevar a un empeoramiento de su estado.

A principios de febrero pasado la Justicia rusa dictaminó que Navalni había violado reiteradamente las reglas de conducta impuestas en el expediente de libertad condicional e hizo efectiva una pena suspendida de 3,5 años de cárcel, por fraude y blanqueo, dictada contra él en 2014.

El recurso de apelación no prosperó, si bien se restó a esta pena el tiempo que Navalni había pasado bajo arresto domiciliario, de modo que el opositor tendrá que permanecer en la cárcel dos años y medio.