Imagen
© Desconocido
La rebaja de calificación de Standard and Poor's (S&P) a la deuda de Estados Unidos el viernes desató fuertes críticas a Washington por parte de China y profundizó la alarma de los inversionistas que se propagó esta semana sobre la debilidad de la economía en ambos lados del Atlántico.

China condenó las miopes luchas políticas de Estados Unidos por sus problemas de deuda y dijo que el mundo necesita una nueva divisa de la reserva mundial. China, el mayor tenedor de deuda estadunidense (con 1.6 billones de dólares invertidos en bonos del Tesoro estadunidense), tiene todo el derecho de exigir que Estados Unidos aborde sus problemas estructurales de deuda y garantice la seguridad de los activos en dólares de China, dijo la agencia oficial de noticias Xinhua en un editorial, donde también criticó los enormes gastos militares y el hinchado costo de los programas sociales, y afirmó que los tiempos de constante endeudamiento para ese país terminaron.

La decisión de la más influyente agencia de calificación de desbancar por primera vez en su historia a Estados Unidos del mayor nivel crediticio y la denominación como el país más solvente para invertir, profundizó el temor de los inversionistas sobre una inminente recesión en la mayor economía del mundo (cuando todavía no lograba recuperarse de la de hace dos años), situación que se ve agravada por la crisis de deuda en la eurozona, que amenaza con arrastrar a dos de sus economías más grandes: Italia y España, la tercer y cuarta, que representan 30 por ciento del producto interno bruto (PIB) del bloque monetario.

La rebaja de un nivel a la calificación crediticia de Estados Unidos de AAA a AA+ ocurre además en la misma semana en la que los mercados de valores de todo el mundo tuvieron su peor caída en más de dos años, tras lo cual se esfumaron 2.5 billones de dólares de los mercados globales (cifra comparable a dos veces la economía total de México).

Debería crearse una supervisión internacional sobre el tema de los dólares etadounidenses, además de una nueva, estable y segura moneda de reservas mundiales como opción para evitar una catástrofe causada por un único país, planteó Xinhua, que suele reflejar la política del gobierno de Pekín.

Economistas chinos dijeron que la rebaja de la máxima calificación crediticia a Estados Unidos por parte de la más influyente agencia representa un gran riesgo a los mercados financieros y que esperan que Pekín acelere la diversificación de sus reservas.

El ministro de Finanzas británico, Vince Cable, respaldó el llamado de China sobre la necesidad de establecer otra moneda global de reserva, pero dijo que no podría ser de la noche a la mañana y que por el momento el dólar estadounidense sigue siendo clave.

En duda, estatus de superpotencia

En un artículo publicado por el diario británico Financial Times, Mohamed El Erian, jefe de la compañía de inversiones Pacific Investment Management Co (Pimco, una de las más importantes a nivel mundial, que gestiona activos por 1.2 billones de dólares, cantidad comparable al producto interno bruto de México), afirma que rebajar la calificación es una señal ambigua y sonora de que la fuerza económica y la posición global del país se está erosionando.

Aunque el impacto por el corte en la calificación de deuda podría ser modesto en los mercados financieros el lunes porque la decisión era esperable, el cambio podría tener un gran efecto a largo plazo para la posición de Estados Unidos en el mundo, el estatus del dólar y el sistema de finanzas global, apuntó el inversionista, quien se suma a las voces que cuestionan el papel de la hegemonía mundial de Washington.

Estados Unidos se encuentra en una posición delicada. Desde el colapso de la Unión Soviética, el país ha sido la superpotencia de facto en el mundo, la que impartía consejos sobre todos los temas. Sin embargo, tras apenas surgir provisionalmente de una crisis financiera global de la que muchos le consideran responsable y tras el fracaso que supone la rebaja del viernes, Washington ahora está sufriendo una grave crisis de credibilidad", dijo por su parte Bates Gil, director del Intituto Internacional de Investigaciones Paz de Estocolmo.

En tanto, China, la segunda economía mundial, respira con fuerza a pesar de la crisis, registrando un fuerte crecimiento mientras sus empresas se lanzan al rescate de los negocios que se hunden en Occidente.

Ahora existe una fuerte diferencia con el periodo posterior a la Guerra Fría, cuando nadie quería oír hablar de la economía planificada y el consenso de Washington a favor de la democracia y el libre mercado parecía la única opción posible. A los políticos estadounidenses no les queda más que la necesidad urgente de reconquistar la iniciativa con mejores políticas económicas y una gobernanza más coherente, señala El Erian.

Pide Obama unidad para poner en orden las finanzas públicas

En una inusual conferencia en sábado, un día después de su decisión, la agencia Standard and Poor's afirmó que el principal problema que condujo a degradar la nota de la deuda de Estados Unidos es político, por la incapacidad de los congresistas de encontrar acuerdos sobre los temas presupuestarios.

Los riesgos políticos pesan más que la parte presupuestaria de la ecuación, declaró el director de evaluaciones de S&P, David Beers.

La agencia explicó que el gobierno estadounidense, al concentrarse en el error de cifras que según él ha cometido, olvidó que había otros factores en la decisión de rebajar la nota. El aspecto presupuestario evidentemente es un pilar importante de nuestro análisis, pero es sólo uno de los cinco pilares, añadió el presidente del comité de evaluación de S&P, John Chambers.

Los otros cuatro, dijo, son la configuración política, la solidez de la economía y sus perspectivas de crecimiento, la posición de esta economía frente al resto del mundo, y la política monetaria.

Tras la rebaja de la calificación por parte de S&P, en su mensaje de este sábado el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, instó a los legisladores a dejar de lado la política luego de una feroz batalla sobre el techo de deuda, diciendo que deberían trabajar juntos para poner en orden las finanzas de Estados Unidos y centrarse en estimular la economía.

En la tarde, la Casa Blanca pidió dejar de lado las diferencias ideológicas para mejorar la situación económica del país. Debemos mejorar, para dejar clara la voluntad de nuestra nación, la capacidad y el compromiso para trabajar juntos y enfrentar los grandes desafíos fiscales y económicos, dijo el portavoz presidencial Jay Carney en un comunicado.