Imagen
© EsaUna sonda robótica, llamada “Sancho”, enviará datos y resultados a la Tierra.
Tarde o temprano teníamos que intentarlo. Las estadísticas demuestran que cada unos cuantos miles de años nuestro planeta recibe el impacto de un trozo de roca espacial más o menos grande, algo que en la actualidad -con la Tierra rebosante de humanos- constituiría una terrible catástrofe, aún tratándose de un pedrusco pequeño. Con el transbordador espacial desactivado y Bruce Willis cada vez más viejo, una misión "a lo Armageddon" ha dejado de ser una alternativa viable, así que la Agencia Espacial Europea ha planeado estrellar un proyectil de 500 kilogramos de peso, moviéndose a unos 10 Km/s, contra un asteroide y analizar los resultados. Si todo sale bien, podríamos utilizar algo similar cuando Apophis vuelva a rozarnos en 2036.

La amenaza de que el impacto de un asteroide nos envíe en un segundo y sin escalas nuevamente a la edad de piedra no suele preocupar a mucha gente. A pesar de que este tipo de impacto contra nuestro planeta se produce con bastante regularidad, el enorme espacio de tiempo que transcurre entre uno y otro permite que vivamos nuestras cortas vidas sin que el estrés provocado por dicha posibilidad nos provoque una úlcera estomacal. Sin embargo, esto no hace que esta amenaza deje de ser real. Por primera vez en la historia de nuestro planeta, los seres vivos que lo habitan están en condiciones de "hacer algo" para evitar ser machacados por un asteroide. Sin embargo, aunque nuestra tecnología provee las herramientas necesarias, no parece que estemos haciendo demasiado para prevenir una catástrofe de ese tipo.

Hace unas semanas la NASA comenzó a convertir en chatarra sus transbordadores espaciales. Esto hizo añicos el plan favorito de Hollywood, que consistía en mandar cuatro tipos rudos rumbo al malvado asteroide, para que mientras la bella protagonista sufría en la Tierra, lo detonasen con una bomba atómica. Lo cierto es que dicho plan probablemente nunca hubiese funcionado. Por eso la Agencia Espacial Europea (ESA) está preparando un proyecto bastante más realista, que consiste en enviar contra el asteroide un gran proyectil a una enorme velocidad para que su energía cinética lo desvíe o destruya. El evento podría probarse en 2015, cuando "Hidalgo", una masa de 500 kilogramos desplazándose a unos 10 mil kilómetros por hora, impacte contra un asteroide elegido como blanco. Y mientras ese acontecimiento tiene lugar, una segunda sonda robótica, llamada "Sancho", enviará datos y resultados a la Tierra. La misión se llamará "Don Quijote" y si funciona, podría utilizarse para desviar a esa espada de Damocles llamada Apophis cuando vuelva a rozarnos en 2036.