Traducido por el equipo de SOTT.net

Comparen el supuesto secuestro de niños ucranianos por parte de Putin con un secuestro masivo organizado de niños vietnamitas.
Ops Babylift
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En el "Occidente colectivo", la hipocresía gobierna la narrativa, más recientemente en lo que respecta a la Corte Penal Internacional (CPI) y los niños "secuestrados" de Ucrania.

En Estados Unidos, el despreciable propagandista neoconservador y belicista Max Boot se pronunció sobre la decisión sin sentido e inaplicable de arrestar al presidente Putin. El argumento de Boot es delirante, pero los neoconservadores disfrutan con las mentiras y los delirios.

Propaganda pura y dura. Boot es cómplice de asesinatos en masa, ya que abogó por la invasión de Irak, la matanza de más de un millón de iraquíes y la destrucción programada de su país.

La hipócrita CPI no se molestó en contrastar y comparar el supuesto secuestro de niños ucranianos por parte de Putin con un secuestro masivo organizado de niños vietnamitas. La operación fue bautizada como "Operación Babylift", ordenada por el entonces presidente Ford, y se llevó a cabo al final de la guerra de Vietnam, cuando el gobierno estadounidense evacuó el país tras haber perdido la guerra.

Los niños vietnamitas abducidos sin permiso fueron descritos como "huérfanos", aunque muchos tenían padres y familiares que fueron dejados atrás. 3.300 niños, descritos como "bebés" (muchos eran niños mayores), fueron repartidos entre familias de Estados Unidos, Australia, Alemania Occidental y Francia.

El "rescate" de estos niños fue un acto organizado de secuestro puro y simple, sin embargo, en el País de la Amnesia, millones de estadounidenses no saben nada al respecto (o, para el caso, la propia guerra de Vietnam y la brutal destrucción del sudeste asiático).

En 1975, se presentó en San Francisco una demanda colectiva en nombre de los niños secuestrados.

"La demanda busca detener los procedimientos de adopción hasta que se haya comprobado que los padres o parientes apropiados en Vietnam han consentido a su adopción o que estos padres o parientes no pueden ser encontrados", señala The Adoption History Project. "La demanda alegaba que varios de los huérfanos vietnamitas traídos a Estados Unidos en el marco de la Operación Babylift declararon que no eran huérfanos y que deseaban regresar a Vietnam".

Una declaración emitida el 4 de abril de 1975 por "profesores de ética y religión" señalaba que muchos "de los niños no son huérfanos; sus padres o parientes pueden estar todavía vivos, aunque desplazados, en Vietnam. [...] Los niños vietnamitas deberían poder quedarse en Vietnam, que es donde pertenecen".

La operación fue celebrada por los medios de comunicación corporativos y "la élite de famosos de Hollywood... [y, como acontecimiento propagandístico] generó un espectáculo de celebración e hizo hincapié en que los bebés eran algo más que huérfanos normales", escribe US History Scene.
La aceptación sin críticas de los huérfanos de la guerra de Vietnam no duró mucho. Diversas voces estadounidenses, desde psicólogos infantiles hasta periodistas y observadores ocasionales, empezaron pronto a preguntarse si la evacuación respondía al interés superior de los niños. Esta preocupación siguió de cerca a las críticas sobre la motivación de Estados Unidos para la evacuación. Gran parte de esta controversia comenzó cuando salió a la luz la situación poco clara de la orfandad de algunos de los niños. El gobierno de Vietnam del Sur permitió a regañadientes que tantos niños abandonaran el país sólo con la condición de que los que se marcharan ya estuvieran en proceso de adopción. Los voluntarios que procesaban a los niños descubrieron que no todos encajaban en esta categoría de huérfanos. En los centros de tramitación, algunos de los niños dijeron a los voluntarios que no eran huérfanos y que tenían familias que vivían en Vietnam.
Naturalmente, hoy en día la operación Babylift está prácticamente olvidada. Sería contraproducente para la avalancha de propaganda del Gobierno de Estados Unidos y de la CPI, no dirigida al bienestar de los niños, sino más bien como un burdo dispositivo "informativo" para hacer girar aún más la opinión en contra de la misión especial de Rusia para desnazificar y desarmar a Ucrania y, además, impedir que la OTAN socave la seguridad nacional rusa.

Por último, no recuerdo que la CPI haya denunciado al régimen posgolpista de Kiev por su salvaje bombardeo de más de ocho años sobre el Donbás. Entre abril de 2014 y abril de 2021, el conflicto en Donbás, apoyado por el Gobierno estadounidense, mató a 152 e hirió a 146 niños. La tragedia fue puesta de relieve por una foto de "la muerte de Kristina Zhuk, de 23 años, y su hija, Kira, de 10 meses, (nota, la imagen enlazada es perturbadora) durante el bombardeo de la plaza pública en Horlivka", escribe Daria Platonova para Strife.

Por supuesto, nada de esto, incluyendo el asesinato genocida de adultos en elDonbás por parte de misántropos neonazis que odian a Rusia (con artillería proporcionada por el gobierno estadounidense), es cubierto por los criminales medios corporativos de propaganda de guerra. Sputnik Internacional publicó este artículo detallando el asesinato de inocentes. Sin duda, si tuvo alguna repercusión en el "Occidente colectivo", fue ignorado.

Por último, quienes apoyan en las redes sociales al autoritario Zelenskyy y a sus matones están alentando a monstruos genocidas que torturan, violan, asesinan y queman vivos no sólo a madres, sino también a sus bebés.

Afortunadamente, Putin ha salvado a miles de niños, y también a refugiados adultos, del tipo de asesinato gratuito e indiscriminado que sufrieron "La Virgen de Gorlovka", Kristina Zhuk, y su bebé.

En pocas palabras, si usted apoya a Ucrania, apoya el asesinato de bebés.