El primer ministro belga, Alexander De Croo, anunció que a partir de este lunes será un "primer ministro en funciones" después de que su partido de centro-derecha, los Liberales y Demócratas Flamencos Abiertos (Open VLD), viera caer su porcentaje de votos en las elecciones federales, que se celebran junto a las regionales y las europeas este domingo.
El primer ministro belga, Alexander De Croo
El primer ministro belga, Alexander De Croo.
"Para nosotros fue una noche particularmente difícil, perdimos. A partir de mañana, seré un primer ministro en funciones", dijo De Croo a sus seguidores durante un mitin en el que se mostró visiblemente emocionado. El líder belga permanecerá como primer ministro interino hasta que se forme un nuevo gobierno. "Estoy convencido de que necesitamos un nuevo gobierno rápidamente, con plenos poderes", añadió. El presidente del partido, Tom Ongena, también anunció que renunciará.

A pesar de que las encuestas predecían que el partido de extrema derecha y antiinmigración Vlaams Belang se convertiría en la principal fuerza política del país, la Alianza Neo-Flamenca (N-VA), de derecha nacionalista, mantuvo su primer lugar con un 22% de los votos, según los resultados provisionales proporcionados por el Ministerio del Interior. El Vlaams Belang se ubicó en segunda posición con un 17.5%, seguido por el partido socialista Voruit, que obtuvo aproximadamente el 10.5% de los votos. El partido de De Croo apenas logró menos del 7% de los votos, quedando muy rezagado.

Los votantes belgas acudieron a las urnas el domingo en conjunción con la votación al Parlamento Europeo y las elecciones para las cámaras regionales. Los resultados están destinados a derivar en una nueva ronda de negociaciones eternas a las que en Bélgica, un país dividido por líneas lingüísticas e identidades regionales, ya están acostumbrados. De Croo se encontraba al mando de un complejo gobierno de coalición de siete partidos, formado tras casi 18 meses de conversaciones después de las elecciones anteriores hace cinco años. La espera fue aún más larga tras la votación de 2010, cuando el país necesitó 541 días para formar un gobierno.