Traducido por el equipo de SOTT.net

En lo que se está convirtiendo cada vez más en un desastre en las relaciones públicas para el gobierno alemán de extrema izquierda, el ataque terrorista con cuchillo en Solingen, perpetrado por un ciudadano sirio, está poniendo de relieve la inevitable conexión entre la inmigración y la explosión de la delincuencia y la violencia. Tras el ataque, el presidente del sindicato alemán de policía (DPoIG), Manuel Ostermann, arremetió contra el statu quo, calificó los problemas de la inmigración como un problema de delincuencia y dijo que el islam era la mayor amenaza para el país en términos de seguridad.
Osstemann
© ScreenshotManuel Ostermann, Presidente del Sindicato Alemán de Policía (DPoIG)
Ostermann declaró en un vídeo:
"Sí, nuestro país ha cambiado. Nada de ello es positivo. Alemania ya no es un país seguro. Tenemos un enorme problema con los delitos de arma blanca. La crisis migratoria es ante todo una crisis de delincuencia. Y el mayor peligro para la vida y la integridad física de las personas que viven en Alemania lo representan claramente los islamistas. Esta realidad no puede seguir siendo ignorada u objeto de tabú. Ha llegado el momento de reconocer la realidad y aplicar medidas claras en la lucha constitucional precisamente contra esta locura de la política de seguridad".

Como líder del segundo sindicato policial más importante de Alemania, con casi 100.000 afiliados, sus palabras tienen un peso adicional ante la opinión pública y las fuerzas policiales que tienen que hacer frente a la creciente inseguridad de Alemania.

En una entrevista, afirmó que los políticos suelen pronunciar frases vacías tras este tipo de atentados, y Solingen no fue una excepción. Señaló que el atentado terrorista islamista de Mannheim, que se saldó con la muerte de un agente de policía, demostró que hay poca preocupación por lo que tienen que afrontar los agentes.

Ostermann declaró a Apollo News:
"Es incomprensible que se recorten los recursos presupuestarios para la policía mientras aumenta el nivel de amenaza".

Según Ostermann:
"La política de asilo está fallando. Faltan centros de detención de deportados, hay locura burocrática y falta de acción de los políticos. El hecho de que la mayoría de las deportaciones fracasen 'lo dice todo'".
La postura de Ostermann supone un duro repudio a las afirmaciones de la ministra del Interior, Nancy Faeser, durante años de que la extrema derecha es la mayor amenaza extremista del país, a pesar de las numerosas pruebas que demuestran lo contrario. Ahora, con niveles récord de delitos violentos en Alemania, cifras récord de extranjeros que cometen delitos, un atacante islamista extremista con cuchillo en Mannheim que mató a un agente de policía a principios de este año, y el último ataque en Solingen durante el Festival de la Diversidad en el que murieron tres personas, sus afirmaciones parecen cada vez más ridículas.

Mientras tanto, la líder socialdemócrata (SPD), Saskia Esken, afirmó en respuesta a la masacre de Solingen que "no creo que podamos aprender mucho de este ataque".


Cabe destacar que se ordenó la expulsión del ciudadano sirio responsable en 2022, pero este se ocultó. Tras reaparecer seis meses después, se le concedió el estatus de protegido.