En las familias con muy pocas ganancias suele faltar la comida, y muchos padres ceden la cama a sus hijos para que ellos "no duerman en el suelo", revela un estudio de la organización benéfica Buttle UK. Sus responsables advierten que la deplorable situación puede deteriorarse.
London homeless
© AP Photo / Alberto Pezzali
"Me cuesta vestir y darle de comer a mi hijo (...) A menudo no como más de un tazón de cereales al día, solo para asegurarme de que él tenga la comida que necesita", afirmó un entrevistado.
La mayoría de las 1.567 familias encuestadas tienen dificultades para pagar la calefacción y la electricidad, y 4 de cada 5 familias pobres tienen que elegir entre abonar estos servicios o comprar comida para sus hijos.

Un "alarmante" 81% de las familias carece de elementos esenciales como comida suficiente, ropa y calefacción, mientras que el 70% lucha contra la inseguridad alimentaria, precisa el informe.

Según el documento, el 80% de los encuestados necesitaba ayuda para cubrir necesidades básicas como la alimentación, pero solo una pequeña parte recibió apoyo suficiente: aunque el 64% recurría a los bancos de alimentos, el 19% seguía necesitándolos.

La investigación de la organización benéfica también reveló que en familias pobres tienen que dormir en el suelo porque no pueden permitirse camas, y la cifra de tales familias es cerca de 50%.

"Mis hijos duermen en el suelo; tengo 2 adolescentes, uno que acaba de remitir de leucemia y aún no se encuentra bien. Mi otro hijo tiene los pies mal y dolor de espalda, por lo que le es difícil caminar", aseguró otro encuestado.

En cuanto a otras condiciones de vivienda, prosigue el estudio, muchos hogares informaron de la presencia del moho negro que no podía eliminarse debido a las condiciones de frío y humedad. "Este moho impregnaba el mobiliario y la ropa, y dejaba a los niños con tos y mala salud", detalló un entrevistado.

Conforme con Buttle UK, casi tres cuartas partes de las familias informaron del deterioro de la salud mental de sus hijos, mientras que el 57% vio mermados sus éxitos en la educación. Como consecuencia, el estrés derivado de las dificultades económicas había tensado las relaciones de los padres con sus hijos.

Por lo tanto, el informe representa "un panorama desgarrador de una vida sometida a graves tensiones económicas, agravadas por la actual crisis del costo de la vida".

"Las conclusiones de este informe son duras de leer. Demuestra que la crisis del costo de la vida aún no terminó y que necesitamos una intervención urgente del Gobierno", concluyó el director ejecutivo de Buttle UK, Joseph Howes, citado por The Guardian