Traducido por el equipo de SOTT.net

El arzobispo Carlo Maria Viganò ha publicado una carta abierta a los católicos estadounidenses en la que les insta a votar para reelegir al presidente Trump como un imperativo moral. "En estas elecciones debéis elegir entre dos formas radicalmente opuestas de concebir el gobierno de vuestra Nación: estáis llamados a elegir entre democracia y dictadura, entre libertad y esclavitud", escribió el Arzobispo.
Archbishop Carlo Maria Viganò
Los católicos siguen siendo "la mayor confesión religiosa de Estados Unidos", con una presencia especialmente importante en los grandes estados industriales, como Pensilvania, Michigan, Illinois y Ohio. Y lo que es aún más importante, la mayoría de los católicos suelen votar al ganador en las elecciones presidenciales. En la Alfred E. Smith Memorial Dinner de Nueva York (llamada así por Al Smith, el primer presidente católico), el pasado jueves, Trump afirmó que estaba "liderando a lo grande" entre los católicos.

Caracterizó a Trump como un protector de la fe: "En la América de Donald Trump, todos los católicos pueden practicar su Fe y educar a sus hijos en ella sin interferencias del Estado". En contraste, el Arzobispo Viganò advirtió que Kamala Harris y el Partido Demócrata se han vuelto hostiles a la Iglesia Católica:
En el otro lado tenemos a una candidata y a un partido que promueven todo lo que se opone directamente a la Fe y la Moral de la Iglesia católica. En la América de Kamala Harris, los católicos, pero también los protestantes, son considerados fundamentalistas a los que hay que marginar y eliminar, y sus hijos son considerados propiedad del Estado, que se arroga el derecho de descarriarlos desde pequeños en cuerpo y alma. La América de Trump puede volver a ser grande y próspera. La América de Harris está destinada a la invasión y a la destrucción moral, social y económica: la dictadura más feroz.
En la carta de monseñor Viganò resuenan las críticas a la izquierda globalista "woke" que él asocia con Barack Obama, Hillary Clinton, Joe Biden y Kamala Harris:
Hablamos de dos mundos diametralmente opuestos e irreconciliables, en los que Trump lucha contra el Estado profundo y se compromete a liberar a Estados Unidos de sus garras tentaculares, mientras que en el lado opuesto tenemos a una candidata corrupta y chantajeada, parte orgánica del Estado profundo, que actúa como una marioneta en manos de belicistas como Barack Obama y Hillary Clinton, de autoproclamados "filántropos" como los criminales George Soros y Klaus Schwab, o de personajes como Jeffrey Epstein y Sean Combs. Su programa es el de la Izquierda Global, el Foro Económico Mundial, la Fundación Rockefeller, la Fundación Bill y Melinda Gates y, en última instancia, el programa de Vanguard, BlackRock y State Street.
Arremetió contra la agenda LGBTQ+, que considera violentamente anticristiana:
Habéis visto de lo que han sido capaces los demócratas, es decir, la extrema izquierda woke, en cuatro años. Imaginaros lo que serán capaces de hacer si, en lugar de los numerosos suplentes de Biden, su vicepresidenta es elegida (en el fraude más escandaloso e inimaginable) con su séquito de ministros LGBTQ+, rigurosamente woke, vendidos a China o al Foro Económico Mundial, patrocinados por George Soros o Bill Gates, manipulados por Barack Obama y Hillary Clinton.
Calificó a esta cábala izquierdista de demoníaca:
Detrás de estas personas (a estas alturas ya deberíamos saberlo) hay gente entregada al mal, unida por el odio satánico contra Nuestro Señor Jesucristo y los que creen en Él, principalmente contra los fieles católicos. Queremos que Cristo reine, y lo proclamamos con orgullo: ¡Cristo es Rey! Ellos quieren que reine el Anticristo, cuya tiranía está hecha de caos, guerra, enfermedad, hambre y muerte. Y cuanto más aumenten las emergencias y las crisis planeadas y creadas por la élite globalista, más pretexto tiene esa élite para imponer nuevas limitaciones, nuevas restricciones de derechos fundamentales y nuevos controles sociales.
El arzobispo Viganò subrayó que Donald Trump era "la única opción posible para contrarrestar el golpe globalista que la izquierda woke está a punto de implementar de manera definitiva, irreparable y con daños incalculables para las generaciones futuras".

Concluyó insistiendo en que los católicos tenían el imperativo moral de votar a Trump:
Repito: la elección es entre un presidente conservador, que está pagando con su propia vida su lucha contra el Estado profundo, y un monstruo infernal que obedece a Satanás. Para un católico, no puede haber duda: votar a Kamala Harris es moralmente inadmisible y constituye un pecado muy grave. Tampoco es moralmente posible abstenerse, porque en esta guerra declararse neutral significa aliarse con el enemigo [énfasis en el original].
En julio pasado, el papa Francisco excomulgó al arzobispo Viganò por su oposición al Concilio Vaticano II y sus duras críticas al apoyo del papa Francisco a la agenda "woke" LGBTQ+. En respuesta, el Arzobispo Viganò publicó una declaración "J'Accuse", acusando al Papa Francisco como culpable de cisma por desviarse de "la verdadera fe católica".

La carta completa del Arzobispo Viganò se encuentra a continuación:

CARTA ABIERTA A LOS CATÓLICOS AMERICANOS
en vísperas de las elecciones presidenciales de 2024

La gran marcha de la destrucción mental continuará. Todo será negado.
Se encenderán fuegos para atestiguar que dos y dos son cuatro.
Se desenvainarán espadas para demostrar que las hojas son verdes en verano.
G.K. Chesterton, Herejes, 1905

Queridos fieles católicos americanos,

Me dirijo a todos vosotros, a pocos días de las Elecciones Presidenciales que convocarán a millones de ciudadanos americanos a las urnas.

Incluso en condiciones de relativa normalidad, el ejercicio del voto es vuestro deber moral, a través del cual cooperáis en primera persona en la elección de la persona que dirigirá la Nación durante los próximos cuatro años. Pero en esta próxima cita electoral (igual que en 2020 y mucho más) no estáis llamado simplemente a elegir entre dos candidatos que casualmente se sitúan en bandos políticos diferentes pero que, sin embargo, ambos tienen en común el bien común en cumplimiento de la Constitución y la Ley. No; en estas elecciones debéis elegir entre dos formas radicalmente opuestas de concebir el gobierno de vuestra Nación: estáis llamados a elegir entre democracia y dictadura, entre libertad y esclavitud.

Por un lado tenemos al candidato Donald J. Trump, que, a pesar de los graves problemas en sus posiciones, especialmente en materia de aborto y procreación asistida, tiene como objetivo el bien común y la protección de las libertades fundamentales de los ciudadanos. En los Estados Unidos de Donald Trump, cada católico puede practicar su Fe y educar a sus hijos en ella sin interferencias del Estado.

En el otro lado tenemos a una candidata y a un partido que promueven todo lo que se opone directamente a la Fe y la Moral de la Iglesia católica. En los Estados Unidos de Kamala Harris, los católicos (pero también los protestantes) son considerados fundamentalistas a los que hay que marginar y eliminar, y sus hijos son considerados propiedad del Estado, que se arroga el derecho de descarriarlos desde pequeños en cuerpo y alma. Los EE.UU. de Trump pueden volver a ser grandes y prósperos. Los EE.UU. de Harris están destinados a la invasión y a la destrucción moral, social y económica: la dictadura más feroz.

Mirad vuestro país. Vuestras ciudades se han convertido en vertederos llenos de vagabundos y delincuentes, traficantes de drogas y adictos, prostitutas y ladrones. Vuestras escuelas son antros de adoctrinamiento y corrupción desde el parvulario. En vuestros tribunales se absuelve a criminales y se encarcela a inocentes: se persiguen nuevos delitos ideológicos, mientras se tolera y fomenta la ilegalidad. En vuestros hospitales mandan las multinacionales, y vosotros sois sus conejillos de indias a los que exterminar o convertir en enfermos crónicos para que seáis sus clientes perpetuos. Los agricultores, ganaderos y pescadores son perseguidos y obligados a fracasar, mientras la tierra es acaparada por corporaciones sin escrúpulos que la transforman en interminables sistemas fotovoltaicos y turbinas eólicas para alimentar sus centros de datos y granjas de servidores donde recogen todos vuestros datos, movimientos, compras y preferencias políticas. Han llegado al extremo de manipular el clima mediante sofisticadas operaciones de geoingeniería y devastadores incendios provocados para hacer creíble el fraude del calentamiento global e imponer la transición verde, el encarecimiento de la energía y los coches y patinetes eléctricos. Y todo esto se hace basándose en evidencias que consisten en mentiras sin ninguna prueba científica, pero que se propagan a través de la colaboración servil de los medios de comunicación del régimen, siempre dispuestos a tachar a cualquier disidente de teórico de la conspiración. Pero lo que hasta ayer se tachaba de teorías conspirativas, ahora lo admite el propio gobierno. Os quitan la luz del sol; os envenenan sembrando las nubes; abruman vuestros pueblos y vuestros campos con huracanes mortales; matan vuestro ganado y secan vuestras cosechas con sequías inducidas e incendios devastadores. Pretenden controlar todo el sector alimentario, obligaros a comer sólo lo que ellos ponen a vuestra disposición. Esto es lo que pide la Agenda 2030, impuesta sin ningún voto por las Naciones Unidas y el Foro Económico Mundial.

En estos cuatro desastrosos años de la administración Biden-Harris, hemos tenido a una marioneta en la Casa Blanca y a una Vicepresidenta corrupta e incompetente que no ha dejado de mentir y engañar a los votantes sobre su pasado y su futuro. El poder está gestionado por el criminal Estado profundo (cuyos nombres y caras conocemos ahora), que es responsable de la destrucción de vuestra gran Nación. Y para que la crisis no tenga fin, se abren continuamente nuevos escenarios bélicos, en conflictos que en realidad nadie desea, salvo quienes obtienen enormes beneficios de ellos, sacrificando vidas humanas y comprometiendo la estabilidad internacional.

Ya han visto de lo que han sido capaces los demócratas, es decir, la extrema izquierda woke, en cuatro años. Imaginad lo que serán capaces de hacer si, en lugar de los numerosos suplentes de Biden, su vicepresidenta es elegida (en el fraude más escandaloso e inimaginable) con su séquito de ministros LGBTQ+, rigurosamente woke, vendidos a China o al Foro Económico Mundial, patrocinados por George Soros o Bill Gates, manipulados por Barack Obama y Hillary Clinton. En ese momento, queridos católicos estadounidenses, no sólo tendréis que ir a otro mitin (como le gustaría a Kamala) para decir "Cristo es el Señor", porque decir eso será considerado incitación al odio, y rezar delante de una clínica abortista un acto de terrorismo. No creáis que se trata de hipótesis remotas: allí donde la izquierda woke toma el poder, instaura la dictadura más despiadada, antihumana y anticristiana que ha conocido la humanidad. Y sabemos que cada vez que la Izquierda ha llegado al poder, nunca lo ha abandonado por medios democráticos.

Donald Trump y Kamala Harris: no estamos hablando de dos visiones un poco diferentes pero que siguen formando parte del vaivén político normal. No; hablamos de dos mundos diametralmente opuestos e irreconciliables, en los que Trump lucha contra el Estado profundo y se compromete a liberar a Estados Unidos de sus garras tentaculares, mientras que en el lado opuesto tenemos a una candidata corrupta y chantajeada, parte orgánica del Estado profundo, que actúa como una marioneta en manos de belicistas como Barack Obama y Hillary Clinton, de autoproclamados "filántropos" como los criminales George Soros y Klaus Schwab, o de personajes como Jeffrey Epstein y Sean Combs. Su programa es el de la Izquierda Global, el Foro Económico Mundial, la Fundación Rockefeller, la Fundación Bill y Melinda Gates y, en última instancia, el programa de Vanguard, BlackRock y StateStreet. Su agenda está dictada por la oligarquía financiera que controla la humanidad en detrimento de la gente: una élite que opera no sólo en Estados Unidos sino también en Canadá, Australia, Europa y dondequiera que la política sea rehén de sus fondos de inversión y sus organizaciones pseudohumanitarias dedicadas a la obliteración de la Civilización Occidental.

Detrás de estas personas (a estas alturas ya deberíamos saberlo) hay gente entregada al mal, unida por el odio satánico contra Nuestro Señor Jesucristo y los que creen en Él, principalmente contra los fieles católicos. Queremos que Cristo reine, y lo proclamamos con orgullo: ¡Cristo es Rey! Ellos quieren que reine el Anticristo, cuya tiranía está hecha de caos, guerra, enfermedad, hambre y muerte. Y cuanto más aumentan las emergencias y las crisis planeadas y creadas por la élite globalista, más pretexto tiene esa élite para imponer nuevas limitaciones, nuevas restricciones de los derechos fundamentales y nuevos controles sociales.

Joe Biden, el actual "Presidente", es un servidor de esta élite subversiva y ampliamente chantajeable por los escándalos y crímenes cometidos por él mismo personalmente y también por su familia, empezando por su hijo Hunter. Su "Vicepresidenta", Kamala Harris, es igualmente servil al mismo Estado profundo. Y el Partido Demócrata, al que ambos pertenecen, es la expresión de la ideología woke que plaga a todos los partidos de la izquierda global.

El candidato Donald J. Trump, aunque ciertamente adopta algunas posiciones críticas serias con las que un católico no puede estar de acuerdo, representa para nosotros, queridos fieles estadounidenses, en este momento histórico específico, la única opción posible para contrarrestar el golpe globalista que la izquierda woke está a punto de implementar de manera definitiva, irreparable y con daños incalculables para las generaciones futuras.

Votar a Donald Trump significa distanciarse firmemente de una visión anticatólica, anticristiana y antihumana de la sociedad. Significa frenar a quienes quieren crear una distopía infernal aún peor que la anunciada por George Orwell. Y significa también (no lo olviden) darle nuestro voto de confianza, para que el Presidente Trump sepa que el voto masivo de católicos y cristianos que lo llevó de nuevo a la Casa Blanca debe convertirse en la premisa de un compromiso más incisivo con la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, de la familia tradicional, del derecho de los padres a educar a sus hijos, y con la defensa de la Fe cristiana y de la identidad cultural de la Nación.

Repito: la elección es entre un Presidente conservador, que está pagando con su propia vida su lucha contra el Estado profundo, y un monstruo infernal que obedece a Satanás. Para un católico, no puede haber duda: votar por Kamala Harris es moralmente inadmisible y constituye un pecado muy grave. Tampoco es moralmente posible abstenerse, porque en esta guerra declararse neutral significa aliarse con el enemigo.

La gente de todo el mundo empieza a comprender la amenaza que se cierne sobre ellos y sobre el futuro de sus hijos, y vosotros, los estadounidenses, también lo habéis comprendido. Pero aunque esta vez será más difícil para el Estado profundo repetir el fraude de 2020, no hay que pensar que se resignará a la derrota tan fácilmente. Preparémonos, pues, para evitar que posibles atentados y escenarios de guerra civil sean utilizados para imponer la ley marcial y nuevas restricciones, tras los atentados contra su vida de los que providencialmente escapó el presidente Trump.

Pero no olvidemos, queridos fieles, que las energías humanas por sí solas son impotentes ante este despliegue infernal de fuerzas. Proclamamos que Cristo es Rey, esto significa que Nuestro Señor debe volver para reinar, y la primera manera de hacerlo reinar es obedeciendo Su santa Ley y viviendo en Su Gracia. Dejad que Cristo reine en vuestros corazones, en vuestras familias, en vuestras comunidades y en todos los Estados Unidos de América: este es el único camino hacia la paz, la armonía y la prosperidad de vuestra Nación.

¡Pensad en cuántos católicos hay en los Estados Unidos! Votad sin vacilar, y rezad para que Nuestro Señor ilumine a los ciudadanos americanos a la hora de hacer su elección y conceda la victoria a aquellos que, al menos, no tienen ningún problema en proclamar que Cristo es el Señor.

Que Dios os bendiga a todos, y que la Virgen de Guadalupe, Patrona de los Estados Unidos y de todas las Américas, y San Miguel Arcángel, os protejan.

+ Carlo Maria Viganò, Arzobispo,
ex Nuncio Apostólico en los Estados Unidos de América
22 de octubre de 2024