Muchas de las víctimas fueron vistas por última vez mientras hacían actividades cotidianas o salían de eventos sociales.
Narelle Cox Robyn Hickie australia
© NSW PoliceNarelle Cox desapareció en 1977 / Robyn Hickie desapareció en 1979.
Un miembro de la Cámara Alta del Parlamento del estado de Nueva Gales del Sur, en Australia, dijo este jueves que uno de los peores asesinos en serie que ha tenido el país aún podría estar en libertad, luego de que la semana pasada se revelaran detalles de la desaparición de más de 60 mujeres, según informan medios locales.

Jeremy Buckingham informó al Parlamento estatal que altos funcionarios de la Policía habían compartido con él sus inquietudes sobre los "vínculos casuales" que existen entre los casos de 67 mujeres desaparecidas entre 1970 y mediados de los 2000.

Alguien que está detrás de estos crimines "todavía está entre nosotros, si no ha muerto o huido del país. [...] El peor crimen en la historia de nuestro estado sigue sin resolverse", aseveró el político. "Es imposible pensar que haya 67 asesinos individuales que hayan escapado de la Justicia en esa zona, desde la Costa Norte hasta Tweed Heads. Alguien ha hecho estas cosas repetidamente", afirmó, asegurando que no le importa que consideren su planteamiento como "alarmista".

Desaparecieron en circunstancias similares

Buckingham sugiere que, debido a que algunos de estos casos reportaron similitudes y ocurrieron en localidades pequeñas, se requeriría conocimiento sobre el territorio para secuestrar y deshacerse de las mujeres fácilmente. Muchas de ellas desaparecieron mientras realizaban actividades cotidianas o salían de eventos sociales y nunca más fueron vistas.

Por su parte, un portavoz de la Policía estatal dijo que no tienen evidencias que indiquen que un solo delincuente sea el responsable de las desapariciones. Además, informó que se han establecido diferentes grupos de investigación que están a cargo de los casos de estas mujeres desde 1998.

Buckingham ha pedido que se cree una comisión especial de investigación sobre estas muertes; sin embargo, esta medida ha sido rechazada por el primer ministro de Nueva Gales del Sur, Chris Minns.