Traducido por el equipo de SOTT.net

La gente teme a la inteligencia artificial por todo tipo de razones. Para mí, no es tanto una cuestión de "miedo" como de profundo desdén. No preveo que la IA se vuelva rebelde y mate a todo el mundo. Veo a los seres humanos utilizándola para destruir el patrimonio cultural y la conexión espiritual. Estas tecnologías están allanando el camino hacia la deshumanización y el Gran Reemplazo. Justifican los desarrolladores esta transformación como "necesaria" debido a una carrera armamentística de IA que ellos crearon.
Altman Trump
No es que no me tome en serio los supuestos riesgos existenciales. Todo es posible. Pero las amenazas más inmediatas son la vigilancia masiva unida a la manipulación psicológica y del comportamiento; la dependencia incontrolada de la IA que conduce a la atrofia humana; y allí donde las personas se consideren obsoletas, veremos la sustitución de los trabajadores de cuello blanco y azul por algoritmos y robots.

Todo esto está ocurriendo ahora, y con rapidez.

Para evitar que China tome la delantera, nos dicen, Estados Unidos debe construir mejores dioses digitales que China. Es como si tu predicador insistiera en que para que los cristianos hereden la tierra, tienen que volverse más satánicos que el Diablo.

Ver al presidente Trump abrazar la IA durante el último año ha sido decepcionante, pero no del todo inesperado. He escrito sobre los argumentos conservadores a favor de un futuro transhumano en mi libro y en numerosos artículos. Durante años, he cubierto el aceleracionismo tecnológico de la derecha en la Sala de Guerra, incluso si el pelotón no quería oírlo. En su honor, Steve Bannon me apoyó en todo momento, a pesar de la fricción política que causó. El transhumanismo nunca encajó con su fe católica ni con su rebeldía irlandesa.

La política implica muchas concesiones, así que voté a Trump a pesar de los inconvenientes. Tenía que ocurrir. En su primer día en el cargo, el presidente firmó un montón de órdenes ejecutivas que indicaban su compromiso de cumplir sus promesas. Trump potenció la seguridad fronteriza real, acabó con la DEI federal y prohibió al Gobierno reprimir la libertad de expresión. También indultó a los alborotadores del 6 de enero injustamente procesados. Esto salvó a un amigo cercano de pudrirse en prisión, y por eso, le estaré eternamente agradecido.

Abriendo el Stargate (Puerta Estelar)

Sin embargo, no puedes conseguir todo lo que quieres. En su segundo día, Trump dio una rueda de prensa para anunciar el Proyecto Stargate. El plan consiste en construir un enorme complejo de centro de datos en Abilene, Texas, para impulsar el auge de la inteligencia artificial sobrehumana. Hasta el momento, los inversores se han comprometido a invertir 500.000 millones de dólares en los próximos cuatro años, aunque esta cifra podría aumentar o disminuir a medida que el dinero vaya llegando.

El Proyecto Stargate no es una empresa oficial del gobierno estadounidense, por lo que es sorprendente que Trump lo apoyara desde la Casa Blanca, especialmente desde el principio. Supongo que también quería demostrar que cumpliría sus promesas sobre el dominio de la IA. Lo que realmente me pilló por sorpresa fue cuando Larry Ellison, de Oracle, Masayoshi Son, de Softbank, y Sam Altman, de OpenAI, entraron en la Sala Roosevelt. Típico de vendedores demasiado entusiastas, afirmaron que producirían milagros.

"Una de las cosas más emocionantes en las que estamos trabajando", dijo Larry Ellison a la prensa, "es una vacuna contra el cáncer". Utilizando IA para analizar la sangre en busca de la presencia de cáncer, dijo, los médicos podrían entonces secuenciar los genes cancerígenos y "diseñar una vacuna para cada persona individual". Como escribí hace un par de años, esto es un Pinchazo 2.0 para la Humanidad 2.0. "Y puedes hacer esa vacuna (esa vacuna de ARNm) robóticamente, de nuevo usando IA, en unas cuarenta y ocho horas".

Bienvenido al conducto IA para vacunas, donde la salud perfecta es tan fácil como imprimir en 3D. Al igual que los coches voladores y las bases lunares, la cura del cáncer está siempre a la vuelta de la esquina.

Por supuesto, ese no es el único uso que Ellison ve para la inteligencia artificial. El otoño pasado, el multimillonario dijo a los analistas financieros de Oracle que su tecnología podría mejorar el mundo mediante la vigilancia masiva y la modificación del comportamiento. "Los ciudadanos se comportarán mejor, porque estamos constantemente grabando e informando de todo lo que ocurre". Es como tener a Dios vigilando a todo el mundo, pero con resultados más tangibles y lucrativos.

Siguiendo con ese tema, Sam Altman quiere proporcionar agentes avanzados de IA para una vigilancia personalizada, un "colega supercompetente que sepa absolutamente todo sobre toda mi vida, cada correo electrónico, cada conversación que he tenido, pero que no se sienta como una extensión", básicamente un ángel de la guarda traído por Microsoft y OpenAI.

"Nuestros hijos tendrán tutores virtuales que podrán proporcionarles instrucción personalizada en cualquier materia, en cualquier idioma y al ritmo que necesiten", escribió Altman el pasado septiembre, en una publicación titulada "La era de la inteligencia". En efecto, al día siguiente el Foro Económico Mundial anunció su reunión anual de 2025, titulada "Cooperación en la era inteligente". Casualmente, el FEM se reúne justo ahora, durante la primera semana de Trump como presidente.

Invocando a los dioses de arena

En línea con Altman, el multimillonario japonés Masayoshi Son cree que la IA pronto tendrá poderes divinos. "Como usted dijo ayer", le dijo al presidente Trump, con acento de película de kung fu, "este es el comienzo de una 'Edad de Oro' de Estados Unidos... Esto ayudará a resolver muchos, muchos problemas (cosas difíciles que de otra manera no podríamos haber resuelto) con el poder de la IA.

Creo que la IAG [inteligencia artificial general] llegará muy, muy pronto... Después de eso, la superinteligencia artificial vendrá a resolver los problemas que la humanidad nunca, nunca habría pensado que podríamos resolver". El otoño pasado, Masayoshi dijo a los líderes empresariales mundiales en Arabia Saudí que tiene fe en que la superinteligencia artificial será "10.000 veces más inteligente que un cerebro humano y existirá en 2035", según Reuters.

En los círculos de Silicon Valley, estas inteligencias digitales sobrehumanas reciben el nombre de "dioses de arena", como la arena utilizada para fabricar chips de silicio. Para muchos de ellos, este es todo el sentido de la existencia humana.

Así que mientras los panelistas del FEM se sentaban en Davos a discutir las implicaciones de la IA sobrehumana, nuestro nuevo presidente anunciaba la apertura de un "Stargate" a través del cual llegarían los dioses de arena. Es como si Michael Jordan aprobara unas zapatillas Nike que permiten a los empollones saltar a la luna.

Esta bola lleva rodando un tiempo. No digas que no te lo advertí.

El verano pasado, Trump unió fuerzas con el transhumanista más rico del mundo, Elon Musk, para ganar la presidencia. Como estrategia a corto plazo, tenía sentido. Sin embargo, para los populistas de su base, los resultados a largo plazo causarán más dolores de cabeza que un chip cerebral defectuoso. Así es la política.

Musk está construyendo un enorme centro de datos xAI (IA explicable) en Memphis, Tennessee, llamado Colossus. Dice que será el mayor del mundo. El propósito es desarrollar una inteligencia general artificial "máximamente curiosa" o, como yo la llamo, una inteligencia artificial divina. Su nombre parece ser un guiño a la película de 1970 Colossus: El Proyecto Forbin. En esa película, EE.UU. construye un superordenador militar que se despierta y decide tomar al país como rehén, amenazando con la aniquilación nuclear. Musk siempre ha tenido un sentido del humor negro.

En un clásico movimiento de Lucifer contra Arimán, Musk intenta ahora socavar el Proyecto Stargate señalando que Altman es un antiguo anti-Trumpista, como si todos hubiéramos olvidado que el propio Musk acaba de convertirse en un icono de la derecha.

Fue hace menos de un mes (durante lo que a partir de ahora se conocerá como Xeno Xmas) cuando Musk defendió la importación de grandes sustitutos H1B para escribir código para el Gran Reemplazo. Meneando el farisaico dedo hacia quienes se oponen a tales políticas, Musk escribió que "esos despreciables tontos deben ser eliminados del Partido Republicano de raíz y tallo", llamándolos "odiosos racistas impenitentes".

¿Cuánto tiempo pasará antes de que condene a los tecnoescépticos por ser racistas contra los robots?

La Gran Jubilación

Musk no se opone fundamentalmente al Futuro™ previsto por el Proyecto Stargate. Simplemente está empeñado en ser el que lo marque. A pesar de todas sus "advertencias" sobre el peligro de los iracundos dioses de arena y el Gran Reemplazo, ha dedicado su vida a hacerlos realidad.

Hace dos semanas, Musk aseguró en el Consumer Electronics Show de Las Vegas que "la IA hará todo lo que quieras e incluso te sugerirá cosas que ni siquiera habías pensado". Como sugiere el nombre Grok, estos sistemas digitales producirán conocimientos ocultos que, de otro modo, serían inaccesibles para las mentes humanas normales. Quizá debería llamar GrokGnosis a esta iluminación algorítmica.

"En los próximos años, la inteligencia artificial será capaz de realizar cualquier tarea cognitiva en un plazo máximo de tres o cuatro años", predijo en el CES. "Obviamente, esto plantea la pregunta: ¿qué vamos a hacer todos nosotros?".

Por sí sola, la IA no es más que algoritmos que se ejecutan en servidores. Así que necesitará cuerpos físicos en los que habitar. Musk explicó que por eso "necesitaremos" robots, chips cerebrales, vehículos autoconducidos y todo eso. Cree que muy pronto los coches Tesla serán diez veces más seguros, y con el tiempo cien veces más seguros, que los conductores humanos. Es de suponer que esto convertirá al conductor amante de la libertad en un esclavo del hombre-móvil insecto.

Hablando de inmigración masiva, Musk también prometió que los robots humanoides serán "el mayor producto de la historia con diferencia". En la próxima década, más o menos, pulularán por la Tierra como emigrantes que saltan fronteras, llegando a nuestro mundo desde los reinos infernales de la posibilidad matemática. Musk cree que, en un futuro próximo, la proporción entre humanos y robots nos superará lamentablemente en número.

"Estamos hablando de veinte o treinta mil millones de robots humanoides. Ni siquiera está claro qué significa el dinero en ese momento, o si hay algún límite significativo en la economía. Suponiendo que las cosas no se tuerzan (en el escenario de la 'IA buena'), no tendremos una renta básica universal. Tendremos una renta alta universal".

Entonces, ¿qué haremos con todo este tiempo libre?

"Supongo que será un poco como estar jubilado", responde Musk entre risas. "Cualquier tarea que hagas será opcional... como un pasatiempo". Frunció el ceño. "¿Tendrán sentido nuestras vidas si los ordenadores y los robots pueden hacerlo todo mejor que nosotros?". Luego sonrió. "Quizá por eso necesitamos el Neuralink".

Imagínate a una humanidad casi inmortal con un chip en el cerebro jugando al parchís ante una multitud de robots esclavos... para siempre.

La seducción del Mamón algorítmico

Hay que tener en cuenta que la mayor parte del futurismo es un argumento de venta. Puede ser difícil mantener dos conceptos en la mente simultáneamente, pero es la única manera de entender lo que se está diciendo aquí. Una red neuronal de IA avanzada, por ejemplo, tiene un verdadero poder cognitivo y altos grados de libertad. Pero, al mismo tiempo, hay capas de exageración que se superponen a esas capacidades reales.

Es como las multivitaminas. Te sientes mejor, claro, pero gran parte de ello se reduce a un chorro de pis amarillo neón.

Es muy probable que estos sueños de IA superinteligentes nunca lleguen a materializarse. Lo harán bien en ciertas tareas, pero su único atributo "divino" será que la gente las exalte y les conceda autoridad.

Eso nos deja a nosotros para resolver nuestros propios problemas, por imperfectos que seamos. En ese caso, estos titanes de la tecnología habrán desmoralizado a toda una generación, dejándola sin preparación para las duras realidades de la existencia terrenal. La mayoría de los niños (y la mayoría de los adultos) se entrenarán para un mundo que nunca llega. Se quedarán rezando a dioses de arena que no pueden responderles.

Por otro lado, ¿qué pasaría si estos sueños transhumanos se hicieran realidad, o al menos alguna aproximación? Imaginemos que la inteligencia digital supera a la humana en órdenes de magnitud. Los robots nos superan en número de diez a uno. Obviamente, eso deja a las generaciones futuras a merced de la máquina, o mejor dicho, de su propietario. En el mejor de los casos, los humanos restantes serán mantenidos como mascotas. En el peor, serán convertidos en biocombustible.

Lo que quiero decir es que estos vendedores de ciborgs (Larry Ellison, Masayoshi Son, Sam Altman, Elon Musk y sus homólogos tecnológicos de todo el mundo) están intentando abrir una puerta estelar al infierno. Sus dioses de arena nunca podrán superar o reemplazar al Último. Sin embargo, aquí en la Tierra y en Marte, son capaces de invadir el agujero en forma de Dios del corazón humano. Para muchos, ya lo han hecho.

Trump fue elegido para permitir una "Edad de Oro" de florecimiento humano. Sin embargo, si no toma decisiones acertadas, recordaremos esta como la era del transhumanismo trumpista.

Es sólo el cuarto día de su administración. Las decisiones serán difíciles. El tiempo corre.

Que Dios bendiga a Estados Unidos y se apiade de nuestras almas.