Un equipo internacional, con la colaboración del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), ha descubierto que las galaxias del universo temprano, situadas a 8.000 millones de años luz, no son tan densas como se pensaba hasta el momento. La investigación aporta nuevos datos para esclarecer el misterio de cómo las galaxias que nacen densas y pequeñas alcanzan luego tamaños tan grandes como el de la Vía Láctea.

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© IACImagen de la galaxia M-82.
El enigma, objeto de diversas hipótesis en la comunidad científica, está más cerca de resolverse gracias a observaciones realizadas en el Gran Telescopio Canarias (GTC), el mayor telescopio óptico del mundo. El trabajo, que cuenta con la participación del IAC, deja patente que instrumentos tan potentes como este telescopio, situado en el Observatorio del Roque de los Muchachos (La Palma), permiten que los científicos continúen cuestionándose sus propias teorías para avanzar en el conocimiento de los lugares más lejanos del Universo.

El trabajo, que aparece publicado en la revista Astrophysical Journal Letters, ha sido dirigido por los investigadores de la Universidad de Florida, Jesús Martínez y Rafael Guzmán. El equipo observó cuatro jóvenes galaxias, a ocho mil millones de años luz de La Tierra, y comprobó en sus espectros que eran, en promedio, seis veces menos densas de lo que se creía. Para ello, se han servido del espectrógrafo Osiris, instalado en el GTC.

El dato rebaja parcialmente la espectacularidad que se suponía a las galaxias más jóvenes, hasta el momento descritas como objetos extremadamente compactos que albergaban masas miles de millones de veces superiores a la del Sol en un tamaño de cinco a diez veces menor al de sus compañeras observadas en el universo maduro.