Traducido por el equipo de SOTT.net

El parque eólico marino Alpha Ventus, situado cerca de la isla alemana de Borkum, en el Mar del Norte, será desmantelado tras sólo 15 años de funcionamiento. No es rentable explotarlo sin subvenciones masivas.
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© NoTricksZoneImagen del símbolo, producida por la IA Grok 3.
Alpha Ventus es el primer parque eólico marino de Alemania. Las obras comenzaron en agosto de 2007 y la primera turbina se instaló en julio de 2009. El pionero parque eólico entró oficialmente en funcionamiento el 27 de abril de 2010.

Según Blackout News, un factor decisivo para el desmantelamiento del proyecto pionero es la expiración de las generosas subvenciones que posibilitaba la ley alemana de alimentación de energías renovables EEG. Gracias a esta subvención, el parque eólico Alpha Ventus obtuvo 15,4 céntimos por kilovatio hora tras su puesta en funcionamiento. Ahora que la subvención se ha agotado, los operadores del parque eólico sólo reciben la tarifa básica de 3,9 céntimos por kilovatio hora, con lo que el parque deja de ser rentable.

Otro factor: el antiguo parque eólico Alpha Venus está siendo eclipsado por turbinas más modernas y eficientes.

Los parques eólicos marinos tienen costes elevados

En general, la explotación de los parques eólicos marinos es mucho más cara que la de los terrestres, debido al aumento de los costes de mantenimiento, la mala accesibilidad, la dureza del entorno y el equipo y personal especializados necesarios para llevar a cabo los trabajos operativos.

La explotación de los parques eólicos marinos es mucho más cara que la de los terrestres debido a una combinación de factores derivados de su difícil entorno marino y su ubicación remota.

Las turbinas marinas están expuestas a agua salada corrosiva, fuertes vientos, grandes olas y posibles tormentas, lo que acelera el desgaste de los componentes. Esto provoca averías más frecuentes y la necesidad de materiales más robustos y caros.

Y cuando las turbinas se averían en alta mar, el tiempo necesario para acceder a ellas, diagnosticarlas y repararlas suele ser mucho mayor que en el caso de las turbinas en tierra, debido a las limitaciones meteorológicas y los problemas logísticos. El resultado son pérdidas más significativas en la generación de electricidad y en los ingresos.