Poco después de provocar la indignación dentro y fuera del país al impedir que el candidato derechista Calin Georgescu se presentara a las elecciones presidenciales de mayo, Rumanía ha excluido a otro populista de la contienda, atribuyendo la decisión a las supuestas posturas políticas inaceptables del candidato y a sus "declaraciones contrarias a los valores democráticos".

Según el tribunal, las posturas de Sosoaca son inelegibles porque la pertenencia a la UE y a la OTAN está explícitamente reconocida en la Constitución rumana. Sin embargo, las constituciones pueden modificarse mediante procesos legales, y cualquier defensor racional de los principios democráticos debería pensar que los candidatos políticos deben tener libertad para abogar por cambios.
Al igual que Georgescu, Sosoaca también ha sido condenada por defender las relaciones amistosas con Rusia. El otoño pasado fue excluida de las elecciones de noviembre por motivos similares. "Soy la prueba de que no vivimos en una democracia", declaró este fin de semana en Facebook Sosoaca, con obesidad mórbida, al tiempo que prometía recurrir la última decisión en su contra.
Diputada europea de 49 años y líder del partido nacionalista S.O.S. Rumanía, Sosoaca ha alcanzado tonos similares a los de Trump en su oratoria. Cuando presentó su candidatura, dijo a sus partidarios que su misión era "hacer que Europa y Rumanía vuelvan a ser grandes". Tras la decisión de la comisión electoral, envió una carta pública a Trump, declarando que "el sistema democrático ha sido destruido y las elecciones ya han sido amañadas".
Como nota positiva, otro candidato de derechas logró sobrevivir al guante de la comisión electoral: George Simion, que lidera la Alianza para la Unidad de los Rumanos (AUR), aparecerá en las papeletas del 4 de mayo, al menos de momento. Simion, de 38 años, está siendo investigado por haber incitado a la violencia tras la expulsión de Georgescu. Al igual que otros partidos nacionalistas europeos, el partido AUR de Simion está en auge.
El propio Simion quedó cuarto en la votación de diciembre, ahora descartada. Este fin de semana, condenó la exclusión de su posible competidora, Sosoaca, afirmando que la medida "representa un nuevo golpe a la democracia rumana y una grave violación de los derechos y libertades fundamentales".

El mes pasado, Georgescu fue detenido e interrogado mientras se enfrentaba a acusaciones orwellianas de difundir "información falsa" e "incitar a acciones contra el orden constitucional". Tras su puesta en libertad, se le prohibió aparecer en los medios o crear cuentas en las redes sociales.
Lamentablemente, el establecimiento izquierdista rumano ha adoptado la retorcida y deshonesta filosofía de sus homólogos estadounidenses y de Europa Occidental: "tenemos que destruir Nuestra Democracia para salvarla".
Comentarios del Lector
a nuestro Boletín