
Se trata de la primera contracción trimestral desde el primer trimestre de 2022, pero fue mejor de lo que indicaban algunas previsiones.
La estimación del modelo GDPNow del Banco de la Reserva Federal de Atlanta, muy seguido por los analistas, había anticipado una contracción del 2.7%. Sin embargo, tras ajustar las importaciones y exportaciones de oro, el modelo alternativo pronosticaba un descenso del PIB del 1.5%.
Las importaciones, que se restan del cálculo del producto interior bruto, se dispararon un 41.3% en los tres primeros meses del año, ya que las empresas se adelantaron a los aranceles del presidente Donald Trump.
Los datos del PIB indican que la caída también fue un reflejo de la disminución del gasto público. En el periodo enero-marzo, el gasto público se redujo un 1.4%, con una caída del gasto federal del 5.1%.
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