El próximo año, los ingresos serán insuficientes para financiar el gasto presupuestado y se deberá enfrentar un endeudamiento neto de 528 mil millones de pesos. Para captar más ingresos fiscales, se elevarán los precios públicos: la gasolina Magna podría subir hasta 15.97 pesos por litro y la Premium, a 15.37 pesos. El costo de la electricidad y de otros bienes y servicios también darán sorpresas
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Con una mirada inicial, desde el umbral de la catástrofe que apenas había traspasado el país, después del colapso petrolero de 1981-1982, las macrodevaluaciones, la grave recesión, la crisis fiscal y de la deuda externa estatal, y el ascenso al poder de la nueva elite que se encargaría de instrumentar los programas fondomonetaristas, posteriormente conocidos como el Consenso de Washington, las directrices del proceso de redespliegue hegemónico estadunidense, Lorenzo Meyer calificó a esa nueva era como
La segunda muerte de la Revolución Mexicana (1992).
En su prognosis, Meyer, al igual que otros analistas, registró cabalmente la morfogénesis nacional. El punto de inflexión histórico en el que
saltó por los aires el mítico proyecto posrevolucionario que
suspiró por alcanzar el desarrollo y sus promesas de justicia social a través del nacionalismo, la industrialización y la rectoría estatal, y cuyo vació fue usurpado por los bastardos priístas-panistas del porfirismo y los conservadores decimonónicos.
Con sus propuestas de "libre mercado", las reformas estructurales neoliberales, el nuevo vasallaje de la economía local a la internacional, la menor intervención del Estado y su conversión en la guardia pretoriana - los
polvos de la vieja guardia rural, los paramilitares del porfirismo - de la maximización de la acumulación de capital y de
la tasa de ganancia oligárquica, local y transnacional, a costa de la pobreza y la miseria generalizada.
Comentario: Pero fue el mismo año en el que Arabia Saudita precedió la conferencia de las Naciones Unidas sobre derechos humanos. Qué bonito mundo en el que nos encontramos.