
© AFPAspecto de la central de Fukushima Daiichi el día 20 de marzo, cuando todavía se catalogaba el accidente como de nivel 5
Chernóbil. El nombre de una ciudad ucraniana se ha convertido en un concepto clave en la batalla dialéctica que en el último mes han librado antinucleares y pronucleares, también las autoridades y los científicos. No hay dos accidentes nucleares iguales, pero desde que un terremoto tumbara la estabilidad de la central nuclear de Fukushima la referencia en el debate público es si la catástrofe de 1986 y la de 2011 son comparables.
Ayer, al elevar la calificación del accidente japonés a nivel 7, el del ucraniano, las autoridades japonesas admitieron que la gravedad, al menos desde el plano técnico, sí es comparable."Fukushima no es Chernóbil" es una de las frases más enunciadas en los últimos 30 días, por parte de la industria atómica, expertos y autoridades, como el propio primer ministro japonés, Naoto Kan. Uno de los primeros en negar esas similitudes fue el presidente del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), el nipón Yukiya Amano, en su primera comparecencia tras desatarse la crisis japonesa (el 14 de marzo): "Es muy poco probable que se convierta en algo como Chernóbil".
Ayer, tras declararse el nivel 7, el portavoz de turno del organismo internacional quiso alejar más aún Japón de Ucrania. "Los accidentes son totalmente distintos; las mecánicas son completamente diferentes", dijo el subdirector de Seguridad Nuclear, Denis Flory.