Traducido por el equipo de Sott.netLas personas que ninguno de nosotros elige, que en última instancia controlan las finanzas internacionales, toda la actividad corporativa y empresarial, la política gubernamental y las relaciones internacionales, han construido un sistema que les permitirá apoderarse de los "bienes comunes globales".
Se trata de la
Global Public Private Partnership (GPPP) y aunque los representantes elegidos forman parte de sus filas, no establecen ni la agenda ni la política. Tenemos que reconocer quiénes son los GPPP y entender las implicaciones de su táctica. ¿Cómo es que este grupo de actores globales va a apoderarse de los
bienes comunes globales y por qué deberíamos resistirnos a ellos?
En los próximos artículos vamos a explorar estas cuestiones. Al reconocer lo que los think tanks globalistas y otros responsables políticos entienden por
bienes comunes globales, podemos empezar a apreciar la asombrosa magnitud de sus ambiciones.
Utilizan sistemáticamente un lenguaje engañoso para ocultar sus intenciones. Palabras como
"inclusivo", "sostenible", "equidad" y "resiliencia" se emplean a menudo para representar un concepto vago pero en última instancia engañoso de ecologismo solidario. Debemos desentrañar su lenguaje para comprender plenamente sus intenciones, con la esperanza de
poder resistir y negarlas.Mientras hemos estado distraídos y en transición por la supuesta pandemia global, o
pseudopandemia, la Global Public Private Partnership (GPPP), que orquestó el caos, ha estado muy ocupada.
Han creado el sistema de clasificación de activos que les permitirá un control económico total y global. Se basa en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y utiliza la Stakeholder Capitalism Metrics (SCM).Este nuevo sistema económico mundial es lo que los políticos entienden por
"reconstruir mejor" (
"build back better"). Es la esencia del
El Gran Reinicio del Foro Económico Mundial.
Comentario: Cualquiera que haya hecho los deberes sobre la empresa Pfizer no se sorprenderá al ver estas pruebas de comportamiento fraudulento. Lo que sí plantea es la pregunta de por qué los gobiernos, en Nueva Zelanda y en todo el mundo, han cogido la investigación elaborada por Pfizer y han confiado en ella, sin ninguna forma de revisión por pares.