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Rusia y China, amén de considerar una posible invasión estadounidense contra Irán como si fuera a su propio territorio, la califican como una amenaza para su seguridad nacional, según un analista político estadounidense.

"EE.UU. erróneamente cree que si ataca a Irán, Rusia y China no le responderán militarmente", reseñó Shamus Cooke en su artículo publicado en el portal canadiense del Centre for Reasearch on Globalization.

Cooke, tras recordar que el 2008, cuando el entonces presidente estadounidense, George Bush, dio luz verde al presidente de Georgia, Mijeíl Saakashvili, para atacar militarmente a Osetia del Sur, dijo que, mientras en un principio todo parecía propicio para esta operación, "Rusia sorprendió a todos dando una respuesta militar aplastante a la invasión georgiana".

Cooke advirtió de que un posible acto militar contra Irán o/e Siria podría conducir a "una guerra regional que se extendería a nivel internacional".

El analista señaló que el sector medio de la población estadounidense, con sus masivas manifestaciones callejeras, podría prevenir la probable nueva intervención militar estadounidense en Oriente Medio.

El mes pasado, el general de división chino Zhang Zhaozhong, quien también es profesor de la Universidad Nacional de Defensa de su país, aseguró que el gigante asiático no dudará en defender a Irán aunque esto signifique el inicio de la tercera guerra mundial.

El embajador ruso ante la Organización de las Naciones Unidas advirtió la semana pasada de que cualquier ataque contra la República Islámica de Irán daría lugar a "un escenario muy peligroso" que conllevaría a una "catástrofe regional".

Estados Unidos y el régimen israelí alegando que Irán persigue objetivos militares en su programa nuclear, han amenazado en diferentes ocasiones con elegir la "opción militar" para enfrentar a este país.

Irán rechaza enérgicamente las acusaciones y asegura que producir bombas atómicas va contra sus principios fundamentales, así mismo insiste en continuar con su pacífico programa nuclear dado que es un signatario del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) al que no está afiliado el régimen de Tel Aviv.

El pasado 6 de noviembre, el presidente del régimen israelí, Shimon Peres, declaró que la posibilidad de atacar militarmente a Irán se hace cada vez mayor.

Pocos días después, en respuesta a las amenazas israelíes, el Líder Supremo de la Revolución Islámica, el Ayatola Seyed Ali Jamenei, prometió una dura respuesta ante cualquier amenaza a la soberanía e integridad del territorio iraní.