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Alemania quiere hacer efectivo a través de las instituciones europeas su control sobre el resto de sus socios del euro y, en especial, las cuentas griegas. Aunque desde mayo de 2010 la economía helena está intervenida y cada recorte teledirigido por Bruselas, para Alemania no basta. "Necesitamos una mayor dirección y un mayor control sobre la implementación de las reformas", aseguró Philipp Rösler, el ministro de Economía alemán, en una entrevista que publica hoy el diario alemán Bild. "Si los griegos no son capaces de salir adelante por sí mismos, es necesario un liderazgo fuerte y una tutela desde fuera", añadió.

Rösler no es el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, que se sienta en las reuniones del Eurogrupo, y no pertenece al partido de Angela Merkel, es el líder de los liberales, la formación con la que la canciller gobierna en coalición. Sin embargo, sus argumentos no son nuevos. Se suman a la amenaza de expulsión o la sugerencia de venta de islas y monumentos que se escucha de vez en cuando en Berlín.

"Necesitamos un mayor control de las reformas", dice el Gobierno alemán

Hoy, el ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, rechazó toda tutela reivindicando el gran esfuerzo que los ciudadanos de su país están haciendo para recomponer una zona del euro en crisis. "Nuestros socios saben que la integración europea se basa en la paridad institucional de los Estados miembros y el respeto a la identidad y dignidad nacional", aseguró en un comunicado destinado a rechazar la intromisión alemana. "Cualquiera que ponga a la nación ante el dilema de la asistencia económica frente a la dignidad nacional ignora algunas lecciones clave de la historia", advirtió. Venizelos está "seguro" de que sus socios, "en especial los países más grandes, que ostentan una mayor responsabilidad", sabrán atenerse a los ajustes pactados.

"La integración se basa en el respecto a la identidad", responde Grecia

De facto, la eurozona controla las finanzas griegas, ya que le presta el dinero imprescindible para evitar la bancarrota. El fin de semana pasado, Alemania y el FMI rechazaron un acuerdo entre la banca internacional y Atenas para reestructurar la deuda helena por considerar que obligaría a la eurozona a contribuir con más dinero del ya comprometido. Aunque este fin de semana se esperaba un acuerdo, finalmente no se produjo. La diferencia sigue estando en el interés que Grecia debe pagar por los nuevos bonos.