En medio de un clima gélido que azota gran parte de Europa, los griegos observan el deterioro económico de su país.


Familias enteras que ven cada día más difícil mantener sus negocios, que agonizan ante los ajustes adoptados por el gobierno de coalición, y cambian algunas costumbres como salir a comer fuera. La actual situación en el país hace reflexionar a la sociedad griega sobre el consumo y los aspectos realmente importantes y necesarios.