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© El MundoFernando Simón, en una imagen de archivo.
Miguel Pajares ha sido el primer paciente de ébola ingresado en Europa. Las medidas realizadas durante su convalecencia y su muerte han generado interés en muchos países. El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, explica cuáles deben ser los pasos a seguir a partir de ahora, una vez que el sacerdote español ha fallecido y que el brote sigue activo en África.

¿Por qué han aparecido tantos casos en las últimas semanas?

Este brote, aunque se inició en diciembre, tuvo su momento álgido en marzo. En ese momento se pusieron medidas de control y, por la evolución de la epidemia y la aparición de casos, parecía que se estaban aplicando de forma adecuada. Pero parece que se relajó un poco el control de la epidemia debido al éxito obtenido. Eso hizo que hubiera un repunte que ha sido mucho más difícil de controlar, sobre todo porque se extendió a Sierra Leona donde la población es más reacia a aceptar las medidas de control.

¿Qué pruebas hay que hacer al personal médico que ha estado cuidando al padre Pajares?

Cuando una persona está en pseudocontacto, como ha sido el caso de los sanitarios del Carlos III que llevaban trajes de protección, sólo hay que hacerles un seguimiento durante 21 días y controlar su temperatura. No habría que realizarles análisis ni test, si se han hecho será para cerciorarse de que son negativos, pero no tienen mayor significado. En realidad, estas medidas no son casi necesarias por el control que se ha tenido pero, en una situación como ésta donde se genera tanta inquietud mediática, las pruebas se hacen para tranquilizar a todo el mundo.

¿Habría que repetirles estas pruebas?

Sólo cuando haya síntomas.

¿Y con la hermana Juliana?

El planteamiento con la hermana Juliana es de vigilancia estricta, ni siquiera sería necesario el aislamiento porque no tiene síntomas y sin éstos no contagia a nadie. Se han hecho pruebas por precaución y se repiten hasta que pasa el periodo de incubación que va desde el día 7 de agosto, fecha de su último contacto con el padre, hasta 21 días después.

Si el virus sólo se transmite por fluidos y se muere al estar expuesto al ambiente fuera del cuerpo, ¿por qué se toman tantas precauciones con la ropa del enfermo o el material utilizado?

El virus no se conoce al 100%, han sido pocas las epidemias producidas desde 1976. Pero este es un virus frágil, no aguanta ni la luz solar ni la falta de líquidos. Sí es cierto que si se mantiene una temperatura y humedad (con un aire acondicionado) se puede mantener más tiempo en la ropa o en las sábanas del paciente, algunos estudios apuntan que entre 24 y 48 horas. Pero claro, estas condiciones no se suelen dar en África y en el ambiente el virus solo dura horas. En España, al ser verano, tampoco aguantaría. Por otro lado, el tratamiento del material usado en el Carlos III se ha hecho adecuadamente, algunas cosas se han incinerado y otras se han esterilizado en autoclave. Otras sólo necesitan una desinfección con hipoclorito sódico.

Y si el contagio sólo es por fluidos, ¿por qué están apareciendo tantos casos?

En las zonas donde ha surgido el brote, las familias tienen miedo porque muchas veces cuando se llevan al paciente ya no lo vuelven a ver ni siquiera para enterrarlo, algo muy difícil de entender en estas poblaciones. Por este motivo, cuando una persona cae enferma, en algunas ocasiones, no se informa rápidamente. Y son pacientes con un estado general malo, con vómitos y diarreas, que son cuidados por sus familiares que terminan estando en contacto con estos fluidos. Además, cuando fallecen tienen por costumbre que, entre tres o cuatro mujeres, limpian el cadáver y son ellas mismas las que preparan alimentos para los que velan el cuerpo. Es complicado cambiar esto en estos países. Por otro lado, los profesionales sanitarios han sufrido el rechazo de la población.

¿Las muestras de sangre de los análisis realizados al padre Pajares se utilizarán para estudiar el virus? Porque es excepcional que haya pacientes en países desarrollados que cuentan con laboratorios de alta seguridad, ¿no?

Los brotes de ébola desde 1976 han sido esporádicos. Hay que aprovechar estas situaciones y conocer mejor el virus, cómo es su funcionamiento. De hecho, con este brote estamos aprendiendo mucho. En cuanto a los análisis, existen diferentes tipos de muestras. Unas se hacen para secuenciar el virus y establecer el diagnóstico y se pueden hacer en laboratorios de seguridad tipo 3, como el del Centro Nacional de Microbiología (CNM) del Instituto de Salud Carlos III en Majadahonda, donde se inactiva el virus. Otro tipo de análisis, que deben hacerse en laboratorios tipo 4 (sólo hay unos pocos en Europa y en España ninguno), consiste en aislar el virus y cultivarlo. En principio, el planteamiento era que, si se podían extraer muestras adecuadas, se enviarían a uno de estos laboratorios en Europa. Todas estas muestras se catalogan. El proceso de garantía de la calidad del traslado se coordinaría entre el laboratorio español y la Organización Mundial de la Salud.

¿Es factible pensar en el desarrollo de una vacuna?

En el momento en que el ser humano genera inmunidad frente a un patógeno, como ocurre en aquellos que han sufrido la infección del ébola y han sobrevivido, hay que pensar que se puede producir una vacuna, por lo menos en teoría. En este caso, algunos de los pasos se pueden acortar y se comprobará si las personas que reciben la vacuna, dentro de un ensayo, generan los anticuerpos específicos frente al ébola. Si así fuera, los estudios comunitarios son muy complicados de realizar porque el ébola aparece y desaparece, con lo cual nos tendríamos que contentar con el anterior paso. Y cuando hubiera un nuevo brote se vacunaría a la población de riesgo. Y entonces se vería realmente la eficacia de la vacuna. Porque la eficacia en condiciones ideales, dentro de un ensayo en un hospital, puede tener pequeñas variaciones cuando se aplica en condiciones reales. Y eso no lo vamos a saber hasta que no haya otra epidemia.

¿Cuál es el mayor peligro?

La transmisión a Nigeria la estamos siguiendo todos con mucha atención. De momento, sólo ha habido tres víctimas que estuvieron en contacto con el varón que introdujo la enfermedad en el país a finales de julio. Si se mantiene así durante los siguientes 42 días, podemos estar tranquilos.

¿Por qué 42 días?

El periodo de incubación es de 21 días pero a estos se les suma otros 21 por si algún afectado ha pasado desapercibido. De hecho, el primer brote grande fue a finales de marzo y el rebrote surgió a finales de abril, poco antes de los 42 días. Si Nigeria se mantiene así, sin transmisión comunitaria, podemos estar tranquilos, pero hasta principios de septiembre hay que tener precaución.