Li Youfu. Maestro de artes marciales.
© La Gran ÉpocaLi Youfu. Maestro de artes marciales.

Desde la antigüedad, los diversos sistemas de combate que componen las artes marciales se han practicado y perfeccionado como técnicas artísticas adaptadas al ámbito de la guerra, tal como su nombre "marcial" lo indica.


Las películas y novelas orientales están llenas de combates y destreza marcial, pero las artes marciales no se limitan a ello, sino que tienen raíces y contenidos ricos y profundos que las convierten en una forma de cultura extensible a una amplia gama de aspectos. Uno de estos aspectos está relacionado con el entrenamiento holístico que caracteriza a estas artes, que tiene el efecto de restaurar y mantener la salud corporal.

Alinear y mecanizar el cuerpo

La naturaleza fundamental del entrenamiento marcial es la enseñanza de métodos de interacción con diversas fuerzas: recibirlas, distribuirlas y armonizar con ellas. Para tal fin, durante el entrenamiento básico se da prioridad a aprender a alinear correctamente el cuerpo y desarrollar una mecánica corporal adecuada.

El cuerpo es una plataforma desde la cual se puede empujar, jalar, rotar y desplazar. Aprender la manera correcta de posicionar el cuerpo mientras uno se mueve a través del espacio es necesario para tomar ventaja de nuestra conexión con la tierra, para tener estabilidad y facilitar la manifestación del poder.
El entrenamiento de las artes marciales fortalece cada parte del cuerpo desde el centro y a través de sus extremidades.
Los pies conectan las piernas con el suelo. El entrenamiento de las artes marciales fortalece cada parte del cuerpo desde el centro y a través de sus extremidades, algo que es clave para tener estabilidad y la capacidad de empujar y jalar.

El valor del entrenamiento en las artes marciales no está en derrotar un ataque de ninjas en un estacionamiento, sino en lo que el entrenamiento en sí mismo hace por uno en la vida diaria y viceversa. La cocina se vuelve nuestro campo de entrenamiento; rastrillar hojas o excavar nieve puede suponer ejercicios antiguos.

Los principios básicos del entrenamiento de las artes marciales, tales como "arraigarse" desde las posiciones de pie (pararse establemente) o lanzar y recibir puñetazos - que son formas de jalar y empujar - , o técnicas de ejercicios frente a espejos, tienen el fin de enseñarnos la armonía biomecánica. Un buen número de técnicas, como Pilates y Feldenkrais, tienen sus raíces en las artes marciales.
La postura y el alineamiento apropiados durante la acción son necesarios para distribuir la fuerza hacia áreas que pueden soportar la carga de rato en rato.
Un ejemplo de por qué es importante mecanizar movimientos correctos se puede encontrar prestando atención a observar lo que pasa cuando empujamos o jalamos un objeto. Cuando empujamos o jalamos un objeto, este empuja hacia nuestro esqueleto con la misma fuerza. La postura y el alineamiento apropiados durante la acción son necesarios para distribuir la fuerza hacia áreas que pueden soportar la carga de rato en rato.

Con el tiempo, la repetición inapropiada de cualquier acción que implique la aplicación de fuerza puede destruir elementos del sistema musculoesquelético. Piense en cuántas puertas abrirá en toda una vida - lo mismo aplica al levantar pesas en el gimnasio - ; cuanto más alta sea la resistencia (carga), mayor será el potencial de lesión.

Incorporar estos principios a nuestra vida diaria es tremendamente beneficioso para nuestra salud y bienestar: desde evitar el daño potencial de patrones de movimientos inapropiados, hasta cambiar malos hábitos por buenos. La consciencia que es fomentada y desarrollada en las artes marciales tiende a quedarse con nosotros después del entrenamiento.
La consciencia que es fomentada y desarrollada en las artes marciales tiende a quedarse con nosotros después del entrenamiento.
Tal entrenamiento nos enseña la importancia de prestar atención a la manera en la cual nos movemos y a lo que se mueve a nuestro alrededor. Ya que la mayoría de los accidentes serios ocurren en la casa, esto puede ser un salvavidas.

Resistencia física a la adversidad

Fortalecer los huesos, tendones y músculos es una tradición ancestral en las artes marciales. La capacidad de soportar golpes y ejecutarlos es crucial para la destreza marcial.

Los métodos de entrenamiento para ello también tienen efectos benéficos de aplicación terapéutica. Fortalecer los huesos y tejidos conectivos puede prevenir, revertir o retardar las condiciones que los debilitan.

Reconstituir lesiones

Las lesiones son un factor clave a tomar en cuenta en la cultura de las artes marciales, que hace de restaurar y curar el cuerpo una de sus prioridades. A menudo, el secreto yace en los ejercicios básicos del entrenamiento y en las formas.
Muchas artes marciales tienen conexiones y raíces en las medicinas originarias.
Los huesos, así como los músculos y tendones deben ser fuertes. Los instructores de artes marciales enfatizan el alineamiento apropiado del cuerpo para asegurar la mayor velocidad y el uso más efectivo de la fuerza. Esto, a su vez, sirve para proteger el cuerpo al ejecutar una técnica e incluso en los movimientos espontáneos.

Muchas artes marciales tienen conexiones y raíces en las medicinas originarias. Se puede encontrar métodos altamente efectivos y únicos oriundos de la antigüedad en África, India, China y en todos los pueblos nativos y regiones del mundo que tienen abundantes tradiciones de artes marciales, ligadas a las artes y ciencias de la supervivencia.

El entrenamiento de las artes marciales tiene incontables analogías con nuestra vida diaria. Entre sus numerosos ámbitos de aplicación, se puede decir que es un arte curativo ancestral capaz de prevenir lesiones y prolongar la vida al reforzar nuestra consciencia situacional. A la vez, nos da herramientas para manejar adversidades mentales y físicas que de otra forma podrían derribarnos.