microbiota
© FisabioLos investigadores de Fundación Fisabio Majda Dzidic y Alejandro Mira, trabajando en uno de los laboratorios del Área de Genómica y Salud.
Un estudio realizado en España, con datos de niños suecos, demuestra que la riqueza de especies bacterianas en el intestino en los primeros meses de vida, en la que tiene mucha importancia los anticuerpos y bacterias transmitidos a través de la lactancia materna, protege contra el desarrollo futuro de asma y alergias.

Los niños que desarrollan asma o alergias tienen alterada la respuesta inmune a las bacterias intestinales de las membranas mucosas, incluso ya cuando son lactantes, según un nuevo estudio que sugiere también que el sistema inmune de la madre juega un papel en el desarrollo de asma y alergias en los niños.

Además, la riqueza de especies bacterianas en el intestino contribuye al fortalecimiento del sistema inmunitario en las membranas mucosas y protege frente al futuro desarrollo de asma y alergias en niños.

El estudio ha sido realizado por investigadores del Área de Genómica y Salud de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (Fisabio) -dependiente de la Generalitat-, la Universidad de Linköping (Suecia) y el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA), perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

El grupo que lidera Alejandro Mira en Fisabio ha analizado un total de 192 muestras de heces de 48 lactantes, recogidas en el primer mes de vida y también a los 12 meses. De estos 48 niños, 20 de ellos desarrollaron síntomas de alergia y asma a los 7 años.
"Mirando la interacción de las bacterias con los anticuerpos del bebé al mes de vida podemos identificar claramente aquellos niños que desarrollarán asma años más tarde. El descubrimiento es sorprendente, porque abre la vía a un diagnóstico precoz que permita dirigir estrategias de prevención a aquellos niños con alto riesgo de padecer la enfermedad en el futuro", destaca Mira en la nota de prensa de Fisabio.
"Nuestros resultados resaltan la importancia de la lactancia materna en los primeros meses de vida para la salud de nuestros niños. Los anticuerpos y bacterias que la madres transmiten a través de la lactancia protegen a los niños del riesgo de desarrollar ciertas enfermedades a través de la estimulación y maduración del sistema inmune y la modulación de la colonización microbiana intestinal de los niños", señala María Carmen Collado, investigadora del IATA-CSIC.
En concreto, los científicos han estudiado, con métodos bioinformáticos, las concentraciones de anticuerpos IgA presentes en las membranas mucosas de las vías respiratorias y el tracto gastrointestinal, y su relación con los microorganismos que reconocen y a los que se unen, actuando como una barrera y evitando que penetren en el cuerpo.
"Las muestras que hemos analizado son heces de bebés tomadas en Suecia por la inmunóloga Maria Jenmalm a lo largo de siete años. Han estado congeladas a 80 grados bajo cero desde entonces hasta que la tecnología actual, basada en sistemas de microfluídica y de secuenciación masiva del ADN, nos han permitido analizar qué bacterias son reconocidas y cuáles no por los anticuerpos", señala Mira.
'E. coli'

Los resultados demuestran diferencias respecto a los tipos de bacterias contra las que actúa el sistema inmune. "Un dato que nos llamó especialmente la atención fue comprobar cómo la bacteria más conocida de la flora intestinal, Escherichia coli (más conocida como E. coli) no era reconocida por los anticuerpos de los niños que posteriormente desarrollarían asma", puntualiza el microbiólogo.

Asimismo, estos niños presentaban notablemente un número inferior de anticuerpos IgA unidos a sus bacterias intestinales ya desde el primer año de vida.

El estudio confirma, por tanto, la teoría que la microbiota intestinal (es decir, las bacterias que conviven en el cuerpo humano de forma habitual) desarrollada por el bebé en los primeros meses de vida desempeña un papel fundamental en la aparición posterior de alergias.

"Las diferencias encontradas han sido tan claramente visibles en bebés de tan sólo un mes que nos ha sorprendido, ya que los anticuerpos IgA en niños tan pequeños son transmitidos en gran parte por la madre, a través de la leche materna. Así, parece que la respuesta inmune de la madre y los anticuerpos que el niño recibe en la leche materna están conectados con el desarrollo de alergias", resalta Jenmalm, profesora de Alergología Experimental en la Universidad de Linköping y una de los autoras del estudio.
Referencia bibliográfica:

Majda Dzidic, Thomas R. Abrahamsson, Alejandro Artacho, Bengt Björkstén, Maria Carmen Collado, Alex Mira, Maria C. Jenmalm: Aberrant IgA responses to the gut microbiota during infancy precede asthma and allergy development. Journal of Allergy and Clinical Immunology (2016). DOI: 10.1016/j.jaci.2016.06.047