El exministro israelí de asuntos militares afirma que la visita del presidente sirio, Bashar al-Asad, a Rusia demuestra la derrota de la política de Israel.
israel falling down
© Sott.netLlegó la hora de los lamentos, llegó la hora de hallar culpables...
El exministro israelí Ehud Barak, en una serie de mensajes publicados este martes en su cuenta de la red social Twitter, ha denunciado que la visita oficial del mandatario sirio a Rusia es otra señal del fracaso de la política exterior del régimen de Israel.


Comentario: Debe entenderse correctamente a qué se refiere este exfuncionario cuando habla de "política exterior". Este término es un eufemismo para decir que la política de extorsión, coacción, y amenaza que Israel ha practicado con éxito durante tantos años no ha servido para nada a la hora de "negociar" con Rusia.


Además, ha comparado las visitas anteriores del premier israelí, Benyamin Netanyahu, con la del presidente sirio a Rusia. "Hace tres meses Netanyahu se reunió con Vladimir Putin (presidente ruso). Ayer también Al-Asad se reunió con Putin" en Rusia, ha ironizado Barak. "Rusia sigue siendo el mismo lugar que visitaron Netanyahu y Al-Asad, pero la reciente visita de Bashar al-Asad a Rusia demuestra el tremendo fracaso de la política exterior de Israel. Netanyahu debe dimitir de su cargo", ha reconocido.


Comentario: Sería tonto de nuestra parte defender a Benji Netanyahu, pero de ahí a culparlo por el rimbombante fracaso de Israel en la ejecución de su agenda de control de Medio Oriente, hay una enorme distancia. Netanyahu es el peón de turno, y para ser justos, ha hecho básicamente lo mismo que sus predecesores: tratar de presionar al mundo entero con su rabioso perro guardián (aka EE.UU.), financiar y soportar criminales mercenarios (aka Terroristas) para desestabilizar y destruir naciones enteras, utilizar ad-nauseam la carta del "derecho a defenderse" para justificar las atrocidades más espantosas,... en fin, siguió el mismo guión que tantos otros antes que él.

La gran diferencia es que esta vez se encontró con Rusia, una nación con una fortaleza moral y militar extraordinaria, y un líder fuera de serie, de esos que sospechamos no se repetirán en mucho tiempo.

Así que no seamos ingenuos, echarle la culpa a Netanyahu sería quitarle méritos a Vladimir Putin, y también porque no, al mismo Al-Asad, quien contra todo pronostico salió victorioso de una situación desesperante, dando los pasos correctos y con un timing destacable.


Putin recibió el lunes a Al-Asad en la turística ciudad de Sochi, en el mar Negro, antes de una cumbre entre Rusia, Turquía e Irán y de una nueva ronda de conversaciones de paz en Ginebra (Suiza). La reunión no había sido anunciada y el Kremlin no la hizo pública hasta la mañana de hoy.

Al-Asad solo ha salido dos veces de Siria, las dos ocasiones para ir a Rusia. El del lunes fue su segundo viaje para reunirse con Putin desde el inicio del conflicto en el país árabe, en marzo de 2011. La crisis desembocó en una guerra civil que ha dejado unos 400.000 muertos y millones de refugiados.

Además, la reunión en Sochi se celebró dos días después de que tropas sirias y sus aliados liberasen la ciudad de Abu Kamal, el último feudo urbano que controlaba el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe).