En muchos casos la voluntad es una coincidencia entre el deseo consciente y el deseo inconsciente. Sin embargo, con frecuencia esas dos brújulas son divergentes y por eso terminamos proponiendo una cosa y haciendo otra. Es decir, terminamos armándonos un lío con la voluntad, porque no sabemos a qué carta apostar nuestros recursos. De manera que, para desarrollar nuestra fuerza de voluntad y sacarle todo el partido, la primera idea a seguir es la de determinar con claridad unos objetivos.

fuerza voluntad
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Uno de los aspectos más desconcertantes del ser humano es que en muchos casos hacemos lo que queremos -sí, eligiendo entre opciones limitadas-, aunque nos cueste reconocerlo. Muchos de esos no puedo o sí puedo, en realidad son no quiero o sí quiero. Por eso, más que desarrollar la fuerza de voluntad, en muchos casos el problema pasa por saber identificar nuestro verdadero deseo dentro del abanico de opciones que tenemos.

Ahora, ¿por qué es importante desarrollar la fuerza de voluntad? Una de las razones es simple: nos permite tener más control sobre nuestra vida. Encaminarla por la vía que nuestro corazón y nuestras convicciones lo indiquen. Aquí hay pues cinco tips para facilitar ese proceso.

1. Conocerse y analizarse

La premisa básica para desarrollar la fuerza de voluntad es el autoconocimiento. Como lo indicábamos más arriba, a veces ni siquiera sabemos qué queremos. Por lo tanto, nos enfocamos en un objetivo y la voluntad nos falla. No logramos mantenernos, ni consolidar ese propósito.

Un ejemplo típico (y un poco superfluo, pero ilustrativo) es el de bajar de peso. Muchas personas se empeñan en ello y lo consiguen, pero después lo abandonan. Otras muchas desisten en las primeras horas. En cualquiera de los casos, los pasos que se han marcado para alcanzar el objetivo que se han marcado son demasiado exigentes para sus recursos, de esta manera su fuerza de voluntad se ha terminado doblegando.

Por otro lado, quizás en el fondo querían bajar de peso por un motivo que no ha terminado de aglutinar todas las fibras de la voluntad. Este motivo podría ser el de evitar la presión social.

En este ejemplo, como en muchos otros, la persona no reconoce su verdadero deseo (agradar a los demás, bajar de peso solo sería un medio para responder a este deseo en estos casos) y por eso la voluntad falla. De ahí que sea tan importante hacer un ejercicio de introspección para conocernos mejor y definir qué es lo que realmente queremos. También evaluar cuán constructivo es lo que deseamos. Así será más fácil desarrollar la fuerza de voluntad.

2. Vencer la gratificación inmediata

Muchas veces las acciones a realizar para conseguir una gratificación inmediata van en contra de las que hay que realizar para conseguir una gratificación a largo plazo. Si tenemos que emplear la fuerza de voluntad en una decisión es porque hay algo displacentero en ella o, lo que es lo mismo, un placer en lo contrario.

La alternativa entonces es ceder al placer momentáneo y sucumbir al deseo inmediato, o renunciar a ese placer en función de objetivos a largo plazo. Un buen ejemplo es el de los fumadores. La disyuntiva a la que se enfrentan es: ¿fumo ese cigarrillo en este momento o cambio el placer de fumarlo por la satisfacción de vencer la adicción y mejorar mi salud? Pensemos que esta pregunta causa más confusión cuanto más lejos estimemos que está el objetivo a largo plazo o cuantas más dudas alberguemos sobre la viabilidad del mismo.


3. Recompensarse y reforzarse

Uno ayuda mucho a la voluntad cuando divide los grandes objetivos en pequeños retos y se recompensa cuando los consigue. Este refuerzo es en esencia un alimento para la voluntad. Sin embargo, hay que tener cuidado con la forma como nos premiamos por nuestros esfuerzos.

Lo aconsejable es que si estás intentando bajar de peso, no te premies con un atracón. O si quieres dejar de fumar, no te recompenses con un cigarrillo. Toma muy en serio esto. Regálate algo que sea constructivo y bueno para ti.

4. Relajarse, un factor clave para desarrollar la fuerza de voluntad

Siempre que estamos haciendo algo que nos origina displacer se produce un conflicto interno. Sobre todo al principio, aparece una tensión emocional que puede llegar a ser irritante. En otras palabras, aparece un estrés al que tenemos que darle salida.

Las técnicas de relajación ayudan muchísimo en estas circunstancias. Manejar adecuadamente la tensión interna es uno de los principales factores de éxito. Cuando la ansiedad suba, nada mejor que acudir a una de esas técnicas de relajación para estabilizarnos.


Comentario: Para ello, recomendamos el programa de relajación y rejuvenecimiento Éiriú Eolas. Puede conocer acerca de esta técnica que ha aportado un gran beneficio a muchas personas alrededor del mundo aquí: Éiriú Eolas: Expansión del conocimiento



5. Tener a mano afirmaciones positivas

Las palabras y los mensajes positivos tienen un enorme poder. Por eso una de las recomendaciones para desarrollar la fuerza de voluntad es nutrirnos de ellos. Lo mejor es tener a mano, por escrito, las razones que te llevaron a tomar esa decisión que pone a prueba tu firmeza.

Cuando escribas tus motivos, hazlo de una manera alentadora y en positivo. Enfatiza en todo lo bueno que consigues si logras tu objetivo. También es conveniente tener cerca mensajes o frases que te fortalezcan. En momentos difíciles son de gran ayuda porque vuelven a enfocarte en lo importante.

Desarrollar la fuerza de voluntad es necesario para vivir mejor. La sensación de que estamos al mando del barco alimenta la seguridad en nosotros mismos, el amor propio y la autoconfianza, preparándonos para desafíos mayores y más elevados.